Hay toda una sabiduría popular sobre el poder político. Para conocer a alguien hay que darle poder político. Así tendremos la posibilidad de saber que esconde.
No es de extrañar personas muy amistosas, tratables, caballerosas cuando están fuera del poder político y gruñonas, pedantes, patanes y comemierdas cuando están en el poder. Sabios y Prudentes fuera del poder. Testarudos e Imbéciles con poder.
Ya Platón, en la Antigua Grecia se dio cuenta cuando fue llamado a Siracusa en varias ocasiones para ilustrar al Rey Dionicio en el arte del buen gobierno. En las tres ocasiones peligró su vida y quien requería sus consejos en momentos críticos estuvo a punto de asesinarlo cuando tenía todo bajo control.
Es por ello cuando los sensatos aspiran a ilustrar sobre el buen gobierno y entran en la vida política reciben palo, piedra y difamación. “¿Otra vez en Siracusa?” es el adagio con la cual la academia recibió a Martin Heidegger luego de la Segunda Guerra Mundial por su afiliación al nazismo.
El poder corrompe “Lord Acton”
El poder Desnuda “Thelma King”
El poder embrutece “Guillermo Endara Galimany”
Cuando se adquiere poder por razón del cargo público hay que estar constantemente consciente de la razón de ese poder. Hay personas que se confunden y utilizan ese poder para satisfacer su propio ego y darle valor a su propia insignificancia.
El poder del cargo les da lo que por su propia cuenta nunca podrán obtener y por ello viven constantemente buscando estar guindando de los gobiernos de turno. Ninguno de esos políticos tiene un interés de servicio ni interés nacional.
Su norte es alimentar su propio ego y esperar la pleitesía de los cortesanos y ciudadanos. Aspiran a cargos y no tienen la capacidad para abordar los problemas sociales de su responsabilidad. Viven de la apariencia. Buscan en otros las capacidades para definir y realizar los proyectos sin restarle luz. Pues su interés es brillar, aunque sea producto de una luz ajena.
Son los que requieren de la constante publicidad para potencializar sus pocos logros. Los pueblos lo toleran y luego los olvidan. No marcan en el cargo ni plasman un espacio en el devenir histórico de la Nación. Son fatuos y además rencorosos.
Si pueden cobrar cuentas ajenas lo hacen al asumir el poder. El cargo además lo ayuda a trepar a un estamento social superior. Si es de los sectores populares su pretensión es demostrar su verdadera pertenencia a la clase media. Si es de la clase media su pretensión es demostrar que siempre fue de una familia rica y su lugar está entre las familias acaudaladas del país.
De acuerdo a su origen empieza pellizcando del erario pues considera su precario salario como insuficiente para cubrir sus necesidades a tono con el cargo ejercitado.
Luego se da cuenta que merece algo más, pues sus decisiones pueden beneficiar a algunos sectores o individuos y por ende una tajada por esa decisión es necesaria y legítima. Así viven y se consideran alguien, siempre y cuando, el cargo se lo regalen, lo mendigue o se lo entregue alguien para quitarse una picazón.
Es la consecuencia de un subdesarrollo mental que nos atrasa en nuestros logros y objetivos nacionales.
Todos somos así cuando se llega al poder?
Todo radica en que los que ganan el poder se olvidan de usarlo a favor de los habitantes de una nacion.
Tristemente, a nuestros políticos lo que menos les interesa es resolver los problemas nacionales. Desafortunadamente hay una lucha donde se vale todo para llegar al poder, con la única finalidad de satisfacer deseos personales cueste lo que cueste.
Se debe seguir insistiendo en que #PANAMA necesita transformar la educación y cultura política que se vienen ejerciendo en los últimos tiempos por el interés común. #RosannaMorales
Exelente el análisis de su columna Sr. Asvat. No solamente en Panamá hay una crisis social y política, actualmente en casi toda Latinoamerica hay una crisis económica, social y política. Países como Brasil, Perú, Venezuela, Argentina, Guatemala y más, creo que actualmente sólo Uruguay y un poco Chile se salvan. Pero volviendo a Panamá el enanismo político se debe mayoritariamente al mismo pueblo que los elije, sumiso y ignorante de sus derechos y deberes, que no los conoce sobre todo por su falta de educación.
Excelente articulo
Bueno,ese es el problema (Educación),
A los gobernantes no les conviene que el pueblo se eduque, porque si se educa no pueden hacer lo que hasta ahora…..
Señor Asvat, excelente análisis de lo que es el manejo del poder político en Panamá que bien puede ser aplicado en otros países de Continente Americano.
Haci vemos como a surgido una nueva clase social.,que se ampara en la inmunidad política para evadir delitos civiles y penales porque ellos mismo crearon leyes a favor de ellos donde sí ellos in respetan a un miembro de la policía nacional no es conducido a un juzgado nocturno o juez de paz para ser sancionado.