Momentos antes de nombrar a O’Brien, Trump anunció un aumento “sustancial” de las sanciones contra Irán, ya afectado por las medidas punitivas económicas que le aplica Estados Unidos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nombró al enviado especial para Asuntos de Rehenes en el Departamento de Estado, Robert O’Brien, como asesor de seguridad nacional, en sustitución de John Bolton, quien fue despedido justo cuando aumentan las tensiones con Irán.
“He trabajado mucho y duro con Robert. ¡Hará un gran trabajo!”, tuiteó Trump.
Mientras viajaba rumbo a California (oeste), el mandatario señaló ante periodistas que O’Brien es “altamente respetado” y que “tenemos una muy buena química juntos”.
La semana pasada, Trump despidió abruptamente a Bolton, un vigoroso defensor del uso de la fuerza militar en el extranjero y uno de los principales “halcones” del gobierno estadounidense contra Irán.
Hasta el momento, O’Brien, de 53 años, sirvió como enviado de Trump para situaciones relacionadas con rehenes estadounidenses en el extranjero.
Llega a su nueva posición con el apoyo del secretario de Estado, Mike Pompeo, y de republicanos de alto rango en el Congreso.
Bolton, en contraste, era una figura muy controversial en Washington. Su postura de una política exterior agresiva e intervencionista chocó con las iniciativas más aislacionistas de Trump.
Según expresó el presidente, Bolton “no se llevaba bien con gente de la administración que considero muy importante” y “no estaba en línea con lo que estábamos haciendo”.
Así, O’Brien se convertirá en el cuarto asesor de seguridad nacional en el tumultuoso primer mandato de Trump.
Llega al cargo en momentos en que el presidente es presionado por algunos en Washington para ir a la guerra con Irán en represalia por un ataque contra instalaciones petroleras en Arabia Saudita el pasado fin de semana, que se atribuyó a Teherán.
Momentos antes de nombrar a O’Brien, Trump anunció un aumento “sustancial” de las sanciones contra Irán, ya afectado por las medidas punitivas económicas que le aplica Estados Unidos.
– Linea dura –
O’Brien, abogado y asesor de política exterior de los republicanos desde hace mucho tiempo, se ha convertido en uno de los favoritos de Trump por su trabajo en nombre de los estadounidenses detenidos en lugares remotos, como Corea del Norte y Turquía.
“Creo que es fantástico”, dijo Trump el martes.
Si bien estos casos son denominados como asuntos de “rehenes” por Trump, no todos los episodios lo son. Por ejemplo, O’Brien fue enviado a Suecia para asistir al juicio del rapero estadounidense ASAP Rocky, acusado de agresión.
Aunque Bolton era considerado como uno de los máximos representantes del ala conservadora del Partido Republicano, animando la guerra en Irak y presionando por un cambio de régimen en Irán, O’Brien aportará su propio linea dura a la política exterior.
En su libro de 2016 “Mientras Estados Unidos dormía”, O’Brien criticó los intentos del entonces presidente, Barack Obama, de presentar un país más colaborativo y moderado.
Esto significaba que “los autócratas, los tiranos y los terroristas estaban envalentonados”, argumentó.
“Ante los crecientes desafíos en todo el mundo, es tiempo de volver a una política de seguridad nacional basada en la ‘paz a través de la fuerza'”, escribió.
“Un Estados Unidos fuerte será una nación en la que confiarán nuestros aliados y en la que nuestros adversarios no se atreverán a poner a prueba”.
O’Brien encontrará una serie de tareas pendientes en la Casa Blanca, con Irán al tope de la lista.
Si bien hay voces en Washington que piden bombardear a Irán luego de los ataques a las instalaciones petroleras sauditas, el instinto de Trump hasta el momento ha sido resistir la expansión militar extranjera de Estados Unidos.
Otro elemento irritante para Trump es Afganistán, donde ha dicho repetidamente que quiere reducir la presencia militar estadounidense de dos décadas.
Trump rompió a principios de septiembre las negociaciones de paz con los talibanes y fracasó una reunión entre los insurgentes afganos y el propio mandatario fue aparentemente a instancias de Bolton.
Los dolores de cabeza de política exterior incluyen también a la gran guerra comercial de Estados Unidos con China y los temores de una nueva carrera armamentista con Rusia.