La enorme procesión contra la inacción política frente al calentamiento del planeta arrancó a primera hora de la tarde en el centro de la capital de Quebec.
La sueca Greta Thunberg pidió nuevamente el viernes en Montreal al primer ministro Justin Trudeau y a los líderes mundiales hacer más por el medio ambiente, antes de encabezar en la urbe canadiense una nueva protesta del movimiento “huelga mundial por el clima”.
La enorme procesión contra la inacción política frente al calentamiento del planeta arrancó a primera hora de la tarde en el centro de la capital de Quebec, en medio de una atmósfera festiva. Un poco después, el primer ministro se mezcló con la multitud de manifestantes.
“¿Para qué estudiar en un mundo sin futuro?”, proclama un cartel que porta uno de los muchos jóvenes que se sumaron a la huelga escolar iniciada por Thunberg, de 16 años.
Consultada al respecto durante una breve rueda de prensa previa a la manifestación, la activista había considerado que, como la mayoría de la dirigencia política, el primer ministro canadiense “no ha hecho lo suficiente” por el medio ambiente.
Sin embargo, ante la pregunta, enfatizó que prefería no “señalar a individuos” sino más bien “enfocarse en una visión colectiva”.
“Mi mensaje para los políticos de todo el mundo es el mismo: escuchen y actúen en función de lo que dice la Ciencia”, exhortó Thunberg, quien se había reunido con Trudeau a primera hora de la mañana, según mostraron imágenes de televisión.
Trudeau afirmó que estaba “completamente de acuerdo” con la activista.
“Eso es exactamente lo que vamos a hacer”, prometió Trudeau, quien dijo estar “muy contento con el tono” y el “planteamiento” de Thunberg para presionar a los políticos para que actúen con mayor determinación, “incluyéndome a mí”.
Y a continuación se comprometió a plantar 2.000 millones de árboles en 10 años si es reelegido el 21 de octubre.
Cuando se le preguntó acerca de las críticas de las que ha sido objeto, Thunberg dijo que las percibe como un “cumplido”.
“Hoy hacemos demasiado ruido y la gente tiene problemas para lidiar con eso e intentan callarnos. Debemos tomarlo como un cumplido”, respondió.
– Disfrazado de árbol –
Pocos días después de su contundente “¿Cómo se atreven?” lanzado ante decenas de jefes de Estado y de Gobierno en Naciones Unidas, Thunberg lidera este viernes la inmensa manifestación que desbordó las calles del centro, justo detrás de una pancarta gigante que reza: “Ahora o nunca”.
En medio de la ola humana, donde se mezclan jóvenes y familias, Alexanne Lessard marcha disfrazada de árbol, su rostro y brazos pintados de verde y hojas en sus cabellos.
“Estoy aquí por nuestro futuro, para mostrarle a nuestro gobierno que somos una mayoría que quiere hacer algo y que pueden tomar decisiones que tengan más impacto”, dice esta joven a AFP. “Me alegra que Greta esté aquí, hace que venga más gente”.
Trudeau asumió el riesgo de ser interpelado por los manifestantes respecto a sus políticas ambientales, en especial por nacionalizar el oleoducto Trans Mountain, que lleva petróleo desde Alberta a las costas de Columbia Británica, y que fue duramente criticada por grupos ambientalistas y comunidades aborígenes.
En parte gracias al “efecto Greta”, los organizadores esperan más de 400.000 personas en las calles de Montreal, aunque las autoridades aun no han asomado ninguna estimación de asistencia.
Se espera que Thunberg ofrezca un discurso a media tarde frente a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI, sus siglas en inglés), un ente de la ONU con sede en pleno de centro de la ciudad.
Por mera coincidencia, los directivos de la entidad, con frecuencia señalados por el movimiento ecologista por su contribución a las emisiones mundiales de carbono, se encuentran reunidos en Montreal desde el martes y hasta el próximo viernes con motivo de su reunión trienal sobre este tema.
El pasado viernes, más de cuatro millones de personas se movilizaron en todo el mundo atendiendo al llamado de “Friday for Future”, la acción de protesta iniciada hace un año por la joven sueca.
Este viernes, la movilización global comenzó frente al Parlamento de Nueva Zelanda con más de 40.000 participantes, y siguió con una muestra contundente en Italia, donde marchó un millón de personas en distintas ciudades.