Cuando la dirigencia demócrata por fin fue obligada a respaldar formalmente un proceso de juicio político, o “impeachment”, tuvo que tomar una decisión: concentrarse en general en todos los actos de corrupción e incompetencia de Donald Trump, lo cual podría implicar mucho tiempo, o enfocarse concretamente en los nuevos hallazgos relacionados con Trump y Ucrania, y hacerlo rápido. Optó por lo segundo.
Yo estoy de acuerdo con esa estrategia si asumimos que tenemos una sola oportunidad. Pero también propongo otra posibilidad: hacer las dos cosas. Extraer argumentos para la impugnación por el caso específico de Ucrania, pero no cerrar el proceso de investigación para iniciar un juicio político, sino mantenerlo abierto y listo para citar más motivos conforme se descubran nuevos actos de corrupción. Si es necesario, someter varias veces a Trump a un proceso de destitución.
No existe nada en la Constitución que impida que un presidente sea llevado a juicio político más de una vez.
Trump y su gobierno se andan con evasivas de todas las formas posibles: se niegan a presentar funcionarios de gobierno que den testimonio y también se rehúsan a aportar documentos.
En muchos casos, los demócratas de la Cámara de Representantes han iniciado acciones judiciales contra el gobierno por sus evasivas, pero los procesos judiciales toman tiempo. Podrían pasar meses, si no es que años, para que se emita un fallo en esos casos.
No obstante, como lo estamos viendo en el caso de Ucrania, el menosprecio que tiene Trump por la ley, los buenos modales y los procedimientos no tiene límites. Es evidente que abusó del poder de su cargo cuando quiso presionar a ese país para que investigara a Joe y a Hunter Biden.
Además, esto solo lo sabemos gracias a que un denunciante se levantó y dijo algo. Ahora, The New York Times ha informado que un segundo delator en el episodio de Ucrania está pensando en presentar una queja. Mark Zaid, el abogado del primer denunciante, dijo el 6 de octubre que ahora estaba representando a un segundo informante, pero que no sabía si era la misma persona identificada en el informe de The Times. ¿Podría haber tres?
Los delatores pueden darse valor unos a otros. Puede haber un efecto multiplicador de informantes positivo.
La investigación para determinar si se debe iniciar un juicio político tiene que permanecer abierta después del asunto de Ucrania, no solo para que se puedan resolver los casos judiciales, sino también para que la información de futuros denunciantes se considere de inmediato en el contexto del juicio político.
A menos que haya un cambio masivo en la opinión pública, los intentos para condenar a Trump y destituirlo están destinados a fracasar en un Senado controlado por los republicanos. El líder de la mayoría, Mitch McConnell, dijo la semana pasada en CNBC que el Senado no tendría otra alternativa más que llevar a cabo el juicio si la Cámara de Representantes aprueba las causas de impugnación.
Así lo dijo McConnell:
“Pues es una regla del Senado relacionada con el juicio político y para cambiarla se necesitarían 67 votos. Así que no habría otra opción más que aceptar. El tiempo que se lleve todo esto es otro asunto, pero la única opción sería aceptar”.
Esto sugiere que McConnell podría “aceptar” un juicio político aprobado por la Cámara de Representantes, pero que haría lo necesario para desestimarlo pronto y así permitir que el Senado controlado por los republicanos incumpla cobardemente con su deber de servir a la nación antes que al partido.
En ese caso, propongo que los abrumen con nuevas causales de juicio político a medida que estas se vayan presentando. Hay que obligar al Senado a someter a Trump a un juicio político tras otro y a que los senadores republicanos tengan que defender con sus votos los actos indebidos del presidente una y otra vez hasta la víspera de la jornada electoral.
A algunas personas les preocupa que un solo juicio político pueda fortalecer la participación de Trump en 2020. Sin duda, no les parecerá nada buena la idea de llevarlo a cabo varias veces ya muy entrada la campaña electoral.
Pero yo creo que Trump y su máquina propagandística de Fox News van a tratar de manejar todos los escenarios lo mejor que puedan a su favor. Trump no se rendirá sin luchar, ni siquiera en las urnas.
Creo que los demócratas tienen que poner su confianza en algo más fundamental: el poder de la verdad. Todo lo que sucede en Washington es política. Y el proceso para impugnar a un presidente no es la excepción. De hecho, es un acto estrictamente político.
Pero, más allá de eso, existe una verdad apolítica: toda la corrupción política, los abusos de poder, las conspiraciones, los encubrimientos y los intentos de engañar y confundir a la población están mal. Muchos partidarios de Trump nunca lo entenderán, pero muchos más estadounidenses saben, en su esencia, la diferencia entre el bien y el mal.
Trump merece ser destituido por todos los delitos que ha cometido contra el cargo presidencial y contra el pueblo estadounidense. Eso significa que el procedimiento de investigación para el juicio político no puede ser restringido por el calendario de las elecciones ni por maquinaciones judiciales.
Aquí tenemos que considerar los precedentes. ¿Qué precedente se sentaría si un presidente pudiera tan solo dar evasivas y consumir todo el tiempo del juicio, impidiendo que el Congreso llevara a cabo su fiscalización y eludiendo todos los intentos de hacerlo rendir cuentas?
¿Qué precedente se sentaría si un presidente abusara de su poder y quebrantara la ley, pero supiera que con solo azuzar a sus bases podría contener al Congreso?
Todo esto sentaría un precedente terrible. Se debe imputar a Trump por su responsabilidad, total y absolutamente. El acontecimiento de Ucrania surgió de manera inesperada como un conjunto transparente y ordenado de actos indebidos que los estadounidenses entendieron con facilidad.
Pero eso no borra todos los demás actos indebidos —por ejemplo, la obstrucción de la justicia— que también debemos juzgar por el bien de la historia.
Mi opinión es que hay que llevar a juicio político a Trump tan a menudo como sea preciso hasta que toda la corrupción haya quedado al descubierto.