Los candidatos favoritos en las encuestas se encaminaron a votar en la mañana del domingo y se manifestaron tranquilos.
Los uruguayos votaban este domingo para elegir nuevo presidente, en una elección que podría dirimirse en un balotaje y en la que los ciudadanos deberán pronunciarse también sobre una reforma de seguridad que promueve la creación de una guardia nacional militarizada.
Las mesas de votación abrieron a las 08H00 locales (11H00 GMT) para que sufraguen unos 2,6 millones de ciudadanos habilitados, en unos comicios que tienen como favoritos para pasar a una segunda vuelta en noviembre al oficialista exalcalde de Montevideo Daniel Martínez, con 40% de la intención de voto, y al exsenador de centroderecha Luis Lacalle Pou, con 28%.
En un contexto regional agitado, con masivas protestas en Chile en demanda de mejoras económicas y elecciones cuestionadas por observadores internacionales en Bolivia, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez destacó la solidez institucional de su país.
“Los uruguayos tienen gran adhesión al sistema democrático”, declaró Vázquez (Frente Amplio, izquierda), que culminará su segundo mandato el 1 de marzo.
Antes de votar en Montevideo, el mandatario también se refirió a su salud, tras ser diagnosticado recientemente con cáncer de pulmón.
“Tengo la esperanza y el deseo de ponerle la banda presidencial al próximo presidente”, expresó a periodistas a la salida de su casa.
Además de votar presidente y Parlamento, los uruguayos se pronunciarán sobre una reforma Constitucional que promueve la creación de una guardia nacional que pondría a 2.000 militares en las calles en tareas de seguridad.
Considerado en otra época un oasis de paz en una región turbulenta, Uruguay ha visto degradarse sus estadísticas de seguridad en los últimos años. El país registró un récord de homicidios en 2018 (414), con un alza de un 45% respecto a 2017.