Se trató de una de las protestas más grandes de este año. Hubo pancartas contra las reformas laborales y educativas del gobierno.
Más de 30.000 personas se manifestaron en Grecia el domingo bajo una fuerte presencia policial para conmemorar el aniversario de un levantamiento contra la junta militar en 1973.
La protesta, una de las más grandes en años, aprovechó para criticar al gobierno de derecha de Kyriakos Mitsotakis, elegido en julio con el compromiso de fortalecer la ley y el orden.
“Abajo el gobierno de derecha” decía una pancarta que portaban los manifestantes. Al menos una bandera de Estados Unidos y otra de la Unión Europea fueron quemadas.
También hubo pancartas contra las reformas laborales y educativas del gobierno, y consignas contra el presidente estadounidense Donald Trump y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
Solamente en Atenas desfilaron unas 20.000 personas, en memoria de las decenas de muertos durante la represión militar de 1973 al levantamiento estudiantil en el Politécnico de Atenas.
Otras 10.000 personas manifestaron en Salónica, segunda ciudad de Grecia, donde los manifestantes arrojaron bombas incendiarias contra los automóviles, indicaron las autoridades.
Alrededor de 5.000 policías fueron movilizados en la capital, respaldados por aviones no tripulados, un helicóptero y camiones lanza agua, se informó oficialmente.
Varios jóvenes fueron arrestados en el bohemio distrito de Exarchia, donde al parecer pretendían emboscar a la policía antidisturbios.
En los últimos años, los manifestantes –unos 10.000 en 2018– aprovecharon estas marchas para denunciar el “imperialismo” estadounidense y las medidas de austeridad impuestas a Grecia por sus acreedores internacionales (FMI y UE) durante la crisis de la deuda.
Este año, el clima es particularmente tenso después de la llegada al poder del gobierno de derecha, especialmente cuando menos de un mes después de su asunción, el primer ministro Kyriakos Mitsotakis llevó a cabo su promesa de campaña de abolir la ley de “asilo universitario”.
Heredada de la rebelión estudiantil del 17 de noviembre de 1973, esta ley que prohibía la entrada de la policía a un recinto universitario, era sinónimo del regreso de Grecia a la democracia.
La abolición de la ley ha suscitado varias manifestaciones de protesta. Pero para el gobierno era necesaria, ya que las universidades se habían convertido en “santuario para el tráfico de drogas” y “los grupos anarquistas”.
El parlamento griego votó el jueves un endurecimiento de las penas de cárcel para la violencia urbana.
El lanzamiento de cócteles molotov –una práctica muy extendida en las manifestaciones en Grecia– puede acarrear 10 años de cárcel, el doble que antes.
Esta reforma del código penal ha sido muy criticada por la izquierda y las organizaciones de estudiantes que han denunciado las “violentas” cargas policiales estos últimos días en las universidades.
El lunes, unos 200 estudiantes que se manifestaban en la Universidad de Economía de Atenas fueron rodeados por las fuerzas antidisturbios, que recurrieron a los gases lacrimógenos y detuvieron a dos personas.
Desde julio, la policía también ha intervenido en varias ocasiones en el barrio de Exarchia para evacuar edificios ocupados por inmigrantes y militantes de izquierda.