Siempre existen las expectativas luego de unas nuevas elecciones. Las cosas deben ir mejor.
Vivimos desencantados porque las reglas de conducta política criolla siguen vigentes. Los gobiernos se suceden y terminan acoplándose. Es como si el Ogro burocrático corrupto e ineficiente tiene esa extraordinaria capacidad de devorarse la mejor de las intenciones políticas.
Y el desencanto popular persiste. Habrá alguna ocasión para sentirnos satisfechos de un gobierno acoplado a la población que sirve. Velando por sus mejores intereses y bienestar. Hay un aspecto que pasa desapercibido, pero es una constante en los funcionarios de alto rango en este gobierno.
Si ustedes observan cada funcionario lleva en la solapa del saco o guayabera si son hombres y en el vestido las mujeres un pin rectangular con la imagen de la bandera panameña. Parece algo insignificante si careciera de un contenido que alguien le pudiera haber asignado a este prendedor. Llevar el pin podría ser una moda, un decorativo, un adorno, un símbolo carente de contenido.
La bandera es un símbolo patrio. Nadie puede saber a qué obedece esta nueva práctica, pero es un distintivo incorporado a la vestimenta de los líderes civiles de este gobierno. Fue para mí mera casualidad conocer su significado. Les voy a contar una anécdota de un hecho en este gobierno. A un funcionario en este gobierno se le olvidó el pin en su saco y fue detectado por el presidente de la República.
El presidente se quitó su pin y se lo puso al funcionario en su solapa. Y luego le dijo: “Usted nunca olvide a quien le sirve”. Este hecho parece insignificante, pero le da un contenido a un símbolo patrio en la solapa de los funcionarios. La bandera nacional cerca del corazón para que sepan a quien sirven. Sirven al país. Al conocer esta anécdota pasé por Gran Morrison y me compré mis pines. 0.95 cada uno. Ahora lo llevo en la solapa. No son iguales a los que usan los funcionarios. Esos parecen ser más caros.
Hace unos días estuve por la Presidencia y el presidente se percató del pin en mi solapa. “Oye Ebrahim ya los pines que se usan no son con la bandera ondulada” Fue a la credencia de su escritorio y me obsequio uno rectangular y fino igual al de los ministros y directores de instituciones públicas.
Señor presidente: “ Yo no me puedo poner ese pin van a creer que soy funcionario del gobierno”. “Es verdad ”, me dijo. “El pin en mi solapa es de un dólar lo compré en Gran Morrison”, le dije: “Es el pin del pueblo”. Hay una diferencia entre los pines de los gobernantes y los pines de los ciudadanos.
He guardado el pin obsequiado por el presidente. Luego de los cinco años de su gobierno y si ha servido a cabalidad al país será un honor llevarlo en mi solapa. E igualmente le obsequiaré mi pin, El pin del pueblo. Para que sepa al llevarlo en su solapa, luego de su mandato, que cumplió fielmente con las aspiraciones del pueblo panameño.
Ahora que los Asvat son parte del gobierno e invitados a Palacio, se acabaron las criticas. Que obvio!