Dos casos terribles sacuden a la sociedad capitalina horas después del Día de la No violencia contra la Mujer. Una tormenta de celos y violencia en comunidades del sector este de la ciudad
Todavía resonaban los ecos de los mensajes que promueven acabar con la violencia contra las mujeres, y los feminicidios, cuando Danny Ortega quiso evitar que su mujer le fuera infiel y decidió que para eso una buena idea era quemar la vulva de la mujer con una plancha.
El hecho ha sacudido la comunidad en lo que parece la obra de un sociopata. Ortega esta detenido preventivamente mientras dura la investigación, y las autoridades tienen 6 meses de plazo para investigar.
Vecinos de los Ortega en Rana de Oro en el corregimiento de Pedregal aseguran que en la casa de la tragedia siempre había discusiones y problemas. La mujer ha terminado gravemente herida y aún los médicos evalúan las secuelas de esta agresión.
Ese mismo día un Tribunal de Apelaciones autorizó la detención preventiva de otro sujeto, que el 21 de octubre atacó con un palo a su expareja. El hombre cegado por el despecho se presentó en la casa de la víctima, con quien mantiene un proceso por la separación, con la excusa de reclamar un dinero, con lo que desató una discusión que en la escalada de violencia terminó en golpes contra la mujer involucrada.
El sujeto tenía prohibido por un juez acercarse a la víctima.
En 2019 se ha registrado un decenso en los feminicidios. Hasta octubre hay 16 casos menos que en el año anterior. Pero aunque es una cifra importante, el incremento en otro tipo de violencia opaca esa primera estadísticas. Entre enero y octubre se presentaron 1.880 denuncias por violencia de género, un 31,9 % más que en el mismo lapso de 2018, y de estas 1.241 califican como víctimas, 29,8 % por encima del año pasado.
Y sube el registro de víctimas de acoso sexual: “de 5.437 en 2018 a pasó 6.025 en 2019”, dijo la fiscal Katya Meléndez Avilés, de la sección de familias del Área Metropolitana, que señaló sin embargo que “existe una cifra oculta de casos que no se han puesto en conocimiento de las autoridades”, según explicó en una nota publicada por La Estrella de Panamá, esta semana.
Para algunos expertos el problema es que la sociedad ha “normalizdo” los ataques y el hostigamiento, “la propia ley, solo recoge que la denuncia puede ser efectiva si la mujer y el agresor, mantienen vínculo laboral, escolar o religioso”, señaló la fiscal Mendez.