Un “colaborador eficaz” de la fiscalía contó detalles de una reunión entre García y el fiscal del caso El Frontón.
Un testigo encubierto declaró ante la justicia de Perú que el difunto expresidente Alan García sobornó a un fiscal en 2004 para que cerrara una causa en su contra por una matanza de guerrilleros presos en 1986, reveló este viernes un medio de investigación.
Un “colaborador eficaz” de la fiscalía contó detalles de una reunión entre García y el fiscal del caso El Frontón, informó el portal IDL-Reporteros, que filtra regularmente documentos judiciales.
El 18 y 19 de junio de 1986, durante el primer gobierno de García (1985-1990), la represión a un motín en la cárcel de la isla El Frontón, en la costa del Callao, terminó con 133 reos muertos. Hay 35 exmarinos procesados por “homicidio calificado” en este caso.
De acuerdo al portal, el testigo contó que el fiscal Mario Gonzáles Díaz “ofreció archivar el caso, pero añadió que tenía miedo a las consecuencias y que si, como temía, lo botaban de la Fiscalía, ellos, sus interlocutores (García, su asistente Luis Nava y su abogado Genaro Vélez), debían ‘ayudarlo'”.
“El colaborador relata que Alan García fue a ‘un apartado’ (una sala aparte) sacó 25 mil dólares que previsoramente llevaba en el bolsillo y se los dio a Genaro Vélez para que éste a su vez, repitiendo la operación del ‘apartado’, se los entregara a Mario Gonzáles. La entrega de la plata al fiscal se dio con conocimiento, según dice el colaborador eficaz, tanto de Alan García como de Luis Nava”, agregó IDL-Reporteros.
“El 30 de noviembre de 2004, el fiscal (…) archivó la investigación contra Alan García”, señaló el portal, lo que le permitió al exmandatario postularse en las elecciones de 2006 y alcanzar por segunda vez la presidencia.
Aunque ninguna causa puede ser abierta contra García tras su deceso, este testimonio enloda todavía más la imagen del otrora influyente político socialdemócrata, quien siempre negó ser corrupto o haber dado la orden de matar a los guerrilleros presos.
García se suicidó el pasado 17 de abril cuando iba a ser arrestado en el marco de una investigación de la fiscalía por el escándalo de las dádivas de la constructora brasileña Odebrecht, que salpica también a otros tres exmandatarios.