¿Son los opositores derrotados la oposición del gobierno? ¿Han logrado articularse para ser la fuerza de equilibrio. Son realmente un contrapeso sólido?.
El Gobierno del presidente Laurentino ‘Nito’ Cortizo está próximo a cumplir sus primeros seis meses de gobierno.
Hasta el momento, el mandatario ha logrado gobernar sin contrapeso, sin una oposición férrea por parte de los partidos políticos tradicionales, más allá de la presión ejercida por miembros de la sociedad civil, coinciden analistas políticos.
Ante un evidente resquebrajamiento interno de los partidos políticos en oposición tras el duro golpe sufrido el pasado 5 de mayo, todo indica que aún no logran articularse y ser la fuerza de equilibrio requerida en todo Estado en Democracia.
Por un lado, en el Partido Panameñista aún no se ven luces que den pie al forjamiento de una sola fuerza interna, sin divisionismo y sin pasiones, que haga un contrapeso sólido al gobierno.
La elección de una nueva junta directiva encabezada por el exalcalde capitalino José Isabel Blandón parece haber distanciado aún más a las facciones del varelismo y el arnulfismo, pues no hay un evidente apoyo de la unidad encabezada por su copartidario y exministro Mario Etechelecú.
En Cambio Democrático (CD) el panorama político es similar, a pesar que el excandidato presidencial Rómulo Roux, sigue al frente como presidente del partido, la salida de prisión del exmandatario Ricardo Martinelli parece haber rezagado su liderazgo.
Martinelli y sus seguidores han dejado claro que impulsaran una convención extraordinaria para remover de la actual directiva a Roux, y de esta forma recuperar el liderato, que supuestamente le fue arrebatado.
En tanto, que el abogado y periodista Ricardo Lombana se encuentra en proceso de la conformación de un nuevo partido, una fuerza política integrada por todos los sectores, que a su juicio represente los verdaderos intereses de todos los panameños.
De los dirigentes de los Partidos Alianza y Partido Popular es poco de lo que se sabe, y sus voces son casi nulas, desde las pasadas elecciones generales del 5 de mayo de 2019.
Para el analista político y en su momento aspirante presidencial Ernesto Cedeño la oposición al gobierno encabezado por el presidente Cortizo la está ejerciendo la sociedad civil.
Considera que la presión y el contrapeso sólido que se necesita no están siendo liderados por ningún partido político.
“Si no fuera por la sociedad civil no habría mayor contrapeso en Panamá porque no hay un activismo serio, con acciones concretas ejercidas por partidos políticos que salgan y levanten su voz en oposición a algo, ya sea en las calles o presentando acciones legales”, sostuvo.
Cedeño pone como ejemplo la paralización del paquete de reformas constitucionales, que a su juicio fue una acción lograda gracias a las manifestaciones y luchas de diversos actores sociales, que no veían un verdadero provecho para la población panameña con el documento aprobado.
Pero ¿Por qué los opositores derrotados no logran articularse y sumar fuerzas para hacerle frente al presidente y a su partido? ¿Pesan en sus ánimos emociones particularizadas y cóleras individuales?.
Para Cedeño más allá de las evidentes diferencias internas, los partidos políticos en oposición carecen de credibilidad para ejercer una contundente oposición.
Por ejemplo, “en el caso de la masacre en la cárcel La Joyita, que partido de oposición tiene la autoridad moral para oponerse a omisiones perpetradas durante estos primeros cinco meses de gobierno, pues fueron gobiernos en pasadas administraciones y no hicieron nada para solucionar el grave problema que enfrentamos”, sostuvo.
Para el politólogo Richard Morales la oposición del presidente Cortizo han sido los movimientos populares, en particular, las juventudes, al igual que organizaciones de mujeres, ecologistas, gremios docentes, obreros y profesionales.
“Ha sido una oposición popular, en las calles, comunidades y redes sociales. Los partidos tradicionales e independientes han entrado en un pacto de no agresión con el gobierno, al compartir la misma agenda de políticas públicas neoliberales”, sostiene Morales, quien recientemente fue parte de las voces que rechazaban el paquete de reformas constitucionales.
Morales precisa que “las críticas de estos sectores han sido de forma y no de fondo. Las diferencias a lo interno del partido de gobierno han sido sobre repartición de espacios y recursos del Estado, pero no de oposición a la agenda gubernamental”, sostiene.
Agrega que hay un fuerte consenso arriba, entre las élites económicas, sobre las medidas a imponer, lo que constriñe a los políticos tradicionales.
No podrán ser lideres de los panameños mientras defiendan intereses extranjeras sobre los nacionales.