El ataque, que tuvo lugar el 11 de noviembre durante una actuación en Riad y que no fue reivindicado.
Arabia Saudita condenó a muerte en primera instancia a un yemení por haber atacado a actores de una compañía teatral española en noviembre en Riad, capital del reino ultraconservador que cada vez acoge más eventos culturales tras iniciar un levantamiento de las restricciones impuestas a la celebración de espectáculos.
“La corte penal condenó a muerte en primera instancia al autor del ataque terrorista de Riad”, indicó la televisión estatal de Arabia Saudita sin precisar la fecha del veredicto.
El ataque, que tuvo lugar el 11 de noviembre durante una actuación en Riad y que no fue reivindicado, causó cuatro heridos entre los miembros de la compañía, según las autoridades españolas.
Se trata del primer ataque perpetrado en Arabia Saudita desde que las autoridades comenzaran a levantar restricciones impuestas a la celebración de espectáculos.
El yemení, identificado por la policía saudita como un expatriado de 33 años, se encuentra detenido.
Su cómplice, cuya nacionalidad no fue precisada, fue condenado a 12 años y seis meses de prisión, indicó este domingo el canal de televisión estatal Al Ejbariya. Se desconoce si se encuentra detenido.
Ambos condenados tienen la posibilidad de apelar.
Al inicio de su juicio, el 19 de diciembre, Al Ejbariya había indicado que el autor del ataque había recibido órdenes de la red yihadista Al Qaida.
La organización Al Qaida en la Península Arábiga (AQPA), activa en Yemen, es considerada por Estados Unidos como la rama más peligrosa de esta red radical.
Según el acta de acusación, citada por el diario progubernamental Okaz, el principal condenado pertenece a Al Qaida y combatió en sus filas.
– Apertura al turismo –
El ataque tuvo lugar durante una representación musical en el parque Rey Abdulá de la capital saudita, uno de los lugares donde se celebra el festival “Riyadh Season” (Temporada Riad).
Esta celebración forma parte de un programa de apertura al turismo y diversificación de la economía del país, muy dependiente del petróleo.
Si bien estas reformas son populares entre una parte de los sauditas, han llevado a la crispación a los partidarios de la línea dura religiosa del reino ultraconservador, que aplica una versión rigorista del islam.
Arabia Saudita está implicada en la lucha contra los yihadistas de Yemen desde hace tiempo, y desde marzo de 2015 lidera una coalición que realiza ofensivas militares contra los yemeníes hutíes chiitas apoyados por Irán.
Este año, activistas denunciaron la detención del religioso Omar al Muqbil, que había acusado a la General Entertainment Authoriy (GEA, encargada de organizar conciertos y otros eventos) “de borrar la identidad original de la sociedad saudita”.
– Técnicas de distracción –
Los sauditas gastan miles de millones de dólares anuales para poder ver películas y visitar parques de atracciones en los turísticos vecinos Dubái y Baréin.
Para los detractores, el programa de reformas del reino sólo busca distraer a los ciudadanos para atenuar la frustración del público frente a una economía ralentizada y una mayor represión a la disidencia.
Países y organizaciones occidentales observan de cerca a Arabia Saudita por su balance en materia de derechos humanos, desde que un comando enviado por Riad asesinara al periodista opositor saudita Jamal Khashoggi, en octubre de 2018 en el consulado de su país en Estambul.
La imagen del reino también se ha visto empañada por la detención de una docena de activistas, sólo unas semanas antes de que se levantara la restricción de conducir a las mujeres en 2018.
En julio, la rapera estadounidense Nicki Minaj canceló un concierto en Arabia Saudita, en apoyo a los derechos de las mujeres y de los homosexuales en ese país.