Los centros electorales, generalmente instalados en la calle, abrieron a las 07H00 en la capital Bissau y debían cerrar a las 17H00. Las primeras tendencias se conocerán a principios de la semana.
Los electores de Guinea Bissau votaban este domingo en una segunda vuelta de las elecciones presidenciales, de carácter incierto, con la esperanza sacar al país del estancamiento en que se sumió su clase política, corrupta e incapaz de responder a las necesidades de una de las poblaciones más pobres del mundo.
Los cerca de 700.000 votantes de esta excolonia portuguesa de África occidental debían elegir entre el líder del principal partido del país, Domingos Simoes Pereira, y un disidente de esta formación, Umaro Sissoco Embalo. Ambos ocuparon el cargo de primer ministro en el pasado.
Los centros electorales, generalmente instalados en la calle, abrieron a las 07H00 en la capital Bissau, informaron periodistas de la AFP y debían cerrar a las 17H00. Las primeras tendencias se conocerán a principios de la semana.
Este país de clima tropical, acostumbrado a los golpes de Estado desde su independencia en 1974, asistió en los últimos cuatro años a las disputas entre el presidente José Mario Vaz y la principal formación del país, el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC).
Vaz, que se presentó de nuevo, logró el cuarto puesto durante la primera vuelta a finales de noviembre.
“Es el día más importante. Deseamos que todo vaya bien, que todo el mundo esté tranquilo”, declaró Dominique Zale, un agente de seguridad padre de seis hijos, en un centro de votación del barrio del puerto, donde los votantes comenzaron a hacer fila antes del amanecer.
“Hay que votar para cambiar las cosas. El próximo presidente tendrá la misión de hacer funcionar el país”, apuntó un estudiante de Economía de 31 años, Jair Fernandes Martins.
La estabilidad, indispensable para combatir males como la extrema pobreza, la corrupción y el tráfico de cocaína, es uno de los desafíos tras décadas de crisis política permanente.
Cerca del 70% de los cerca de 1,8 millones de habitantes del país viven con menos de dos dólares al día.
El futuro presidente deberá “solucionar el problema de los hospitales, donde las mujeres embarazadas mueren sin ser atendidas por falta de material”, así como “construir carreteras” y “rebajar el precio del arroz”, consideró un pescador de Bissau, Moutar Diallo.
– La economía, una prioridad –
En la primera vuelta, el líder del PAIGC, Domingos Simoes Pereira, de 56 años, acabó en cabeza con el 40,1% de los votos, y este domingo le disputaba la victoria a Umaro Sissoco Embalo, de 47 años, figura del Madem, una escisión del PAIGC.
Pereira, un ingeniero civil ataviado siempre con un sombrero Trilby de color paja, llevó a su partido a la victoria en las legislativas de marzo y promete acelerar el desarrollo del país.
Por su parte, Umaro Sissoco Embalo, un general de brigada de reserva y exmiembro del PAIGC que hizo campaña con una kufiyya (pañuelo palestino) roja y blanca, se presentaba como un unificador.
El sábado, hizo un llamamiento a todos los bisauguineanos a “contribuir al desarrollo de este país martirizado, para ponerlo a trabajar”, en declaraciones a la AFP.
La comunidad internacional espera que pueda instaurarse la estabilidad en el país tras años de conflictos entre las ramas del poder: la presidencia y el Parlamento.
Con todo, pese a los antecedentes, parecía poco probable una intervención del ejército, según los observadores. El jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas, el general Biague Na Ntam, afirmó varias veces que los militares no intervendrían en el proceso electoral.
Desde el último golpe de Estado, en 2012, una fuerza de la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (Cedeao), el Ecomib, se encarga de supervisar los comicios.