Con la aparición de una clase media acomodada, China es una locomotora del sector del transporte aéreo.
Varias aerolíneas anunciaron el jueves la prórroga durante varias semanas de la suspensión de sus vuelos a China continental frente a la epidemia del nuevo coronavirus, mientras que los temores se extienden a Hong Kong.
Numerosas compañías, entre ellas Air France, Iberia, British Airways, Air Canada, Lufthansa, American Airlines, United Airlines, American Airlines y Delta, suspendieron desde finales de enero sus vuelos a China continental para intentar frenar la propagación del virus.
Con la aparición de una clase media acomodada, China es una locomotora del sector del transporte aéreo. En los diez primeros meses de 2019, el tráfico aéreo registró un aumento del 8,5 % en comparación con el mismo período en 2018, según datos de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), que agrupa a 290 compañías.
Air France y KLM anunciaron el jueves la prórroga hasta el 15 de marzo de la suspensión de sus vuelos a China continental, cuyo servicio había sido interrumpido inicialmente hasta el 9 de febrero.
Dependiendo de la situación, reanudarán gradualmente sus operaciones desde y hacia Shanghai y Pekín a partir del 16 de marzo de 2020. “La vuelta al programa normal de vuelos está prevista para el 29 de marzo” así como la conexión con Wuhan, epicentro de la epidemia, según las compañías.
La empresa británica Virgin anunció también el jueves que la interrupción de sus operaciones entre el aeropuerto de Londres Heathrow y Shanghai se prolongará hasta el 28 de marzo, mientras que la española Iberia prolongará la suspensión de sus vuelos a Shanghai hasta finales de abril.
Por el momento no se evaluaron las consecuencias financieras de esta detención para las compañías aéreas y los aeropuertos. Las conexiones aéreas, especialmente entre Europa y China, se multiplicaron en los últimos años.
En comparación con hace diez años, “450 millones de pasajeros adicionales se desplazan anualmente desde y hacia China y dentro del país”, indicó IATA a finales de enero.
La organización reconoce el “riesgo de que la propagación del virus pueda causar una perturbación importante”, pero subraya que “la historia demuestra que cualquier efecto en el transporte aéreo sería temporario”.
– SRAS, el impacto más fuerte –
El SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), que provocó una epidemia mortal en 2002-2003, fue “el suceso relacionado con una epidemia que tuvo el mayor impacto en los volúmenes de tráfico”, según IATA.
“En mayo de 2003, en el momento más agudo de la epidemia, los ingresos mensuales por pasajero de las compañías aéreas de Asia y del Pacífico disminuyeron 35% con respecto al período anterior a la crisis”, afirma la organización.
“La pérdida de confianza y los temores de una contaminación mundial afectaron tanto al mercado del turismo de ocio como al de los negocios -de, hacia y en la región- provocando pérdidas de 8% y 6.000 millones de dólares a lo largo del año para dichas compañías”, añade.
El lunes, Lufthansa, que inicialmente suspendió sus vuelos hasta el 9 de febrero, y las demás compañías del grupo Swiss y Austrian Airlines, prorrogaron la suspensión de los vuelos “hasta el 29 de febrero” para Pekín y Shanghai y “hasta el 28 de marzo” para Nanking, Shenyang y Qingdao.
El miércoles, dos grandes aerolíneas estadounidenses, United y American Airlines, anunciaron la suspensión temporal de sus vuelos a Hong Kong, uno de los aeropuertos más importantes del mundo, al día siguiente del anuncio de una primera muerte debido al nuevo coronavirus en este territorio.
Ambas compañías ya habían interrumpido sus vuelos a la China continental, donde el nuevo coronavirus, que apareció en diciembre, ya causó 563 muertos y contaminó a más de 28.000 personas.