En la costa atlántica converge una gama de activos logísticos que juegan un rol fundamental en la economía del país. Cuando son trastocados, las pérdidas son irreparables.
La ciudad de Colón es un punto neurálgico para el hub logístico panameño y al mismo tiempo es un área volátil de reclamos, de protestas sociales. Hay, por lo menos, 30 años de abandono a la provincia, que crean desestabilización, empobrecimiento e incremento de la delincuencia.
Es la ciudad que tiene los tres puertos donde ingresa más mercancía al país y una amplia red logística nacional. En 2019, el complejo portuario del atlántico tuvo un movimiento de carga de 4,37 millones de TEU’s, el más alto en los últimos años.
Los puertos conectan con las rutas marítimas más importantes del mundo. Son aliados de, al menos, cuatro zonas francas establecidas en el lugar y de la Zona Libre de Colón (ZLC), considerada la segunda más grande del mundo después de la de Hong Kong.
A solo 45 minutos de la capital panameña, permite comercializar con más de 165 países. Cuenta con una cifra mayor de dos mil empresas establecidas y miles de empleados. La ‘tacita de oro’, como se le conocía a esta ciudad del atlántico panameño, también dispone de un aeropuerto y está interconectada por el ferrocarril.
A Colón, como punto de trasbordo, entra y sale mercancía procedente de más de 100 rutas marítimas de 160 países que conectan con el Canal de Panamá. Cada vez que un problema estalla en Colón, no solo repercute a nivel interno, sino también en el mercado internacional.
El puerto de Cristóbal mantiene conexiones con 52 sistemas portuarios a nivel mundial. Colon Container Terminal (CCT), con 35 y Manzanillo International Terminal (MIT), con 108. Cualquier movimiento de desestabilización impacta directamente en el trasbordo y movimiento de mercancías de estos importantes activos logísticos.
Cristóbal, localizado en la entrada del Atlántico, posee una terminal del ferrocarril dentro del puerto y se caracteriza por el manejo de contenedores graneles, productos líquidos y carga en general. CCT, situado en el sector de Coco Solo Norte, es un punto fundamental de carga para la entrada y salida desde y hacia la ZLC. Este sistema portuario se caracteriza por brindar servicio a los mercados regionales del Caribe, América del Norte, Central y Sur con embarques originados principalmente en el Lejano Oriente.
MIT juega un rol fundamental en el almacenamiento y distribución de vehículos hacia Latinoamérica. Está interconectado con France Field, el área de bodegas más grande de la Zona Libre de Colón. Cuenta con gran complejo logístico que incluye una terminal de contenedores y Ro-Ro de primer mundo, amplias áreas de almacenamiento de contenedores, un parque logístico y una plataforma multimodal que conecta servicios de transporte marítimo, terrestre y aéreo.
Cualquier bloqueo a las arterias de Colón incide también en el movimiento comercial de mercancías hacía el aeropuerto Enrique Jiménez, otro importante activo logístico de esta provincia. La terminal aérea funciona como punto fundamental para el envió y recibo de carga desde Panamá y diversos países de la región.
A su vez, un estallido social en esta ciudad caribeña también afecta a los miles de turistas que llegan al puerto Colón 2,000, y que no desembarcan por la peligrosidad que produce inestabilidad.
Cuando esta provincia enfrenta reclamos sociales también se perjudica el movimiento de trabajadores desde y hacia Panamá, pues se ve complicada la movilización hacia los puestos de trabajo.
La autopista Panamá – Colón, juega un papel fundamental en la economía del sector y su conexión con la capital, pues, además de ser el método de transporte de mercancías más barato, es la alternativa más utilizada por su corta distancia.
Por allí entra a la provincia una gama de mercadería para abastecer el mercado minorista de la ciudad, entre las que figuran mercancía seca, productos cárnicos, insumos, entre otros.
Para el presidente del Consejo Empresarial Logístico (COEL), Antonio García Prieto, es hora que se ponga atención a la búsqueda de mecanismos para la protección de los activos logísticos.
Asegura que cualquier situación en Colón ocasiona un fuerte impacto en la economía, con pérdidas irrecuperables y desfavorece directamente la imagen del país, aparte de crear inestabilidad e intranquilidad en nuestros usuarios a nivel internacional.
“Tenemos que trabajar como país en una respuesta rápida a este tipo de acciones para poder, de una manera mecánica, proteger nuestros activos logísticos. Es importante que se perciba a nivel gubernamental, que la logística de nuestro país debe salvaguardarse”, sostuvo.
Precisó que Panamá sigue siendo la opción número uno para la conectividad y el sector privado tiene que ayudar a que el gobierno se enfoque en lo que necesita el sector y que se desarrollen las políticas necesarias como es el caso de la Estrategia Logística Nacional 2030.
Daniel Rojas, presidente de la Asociación de los Usuarios de la Zona Libre de Colón, considera que cualquier movimiento social donde se afecta el libre tránsito de terceros, no favorece en nada el nivel competitivo de la provincia y la afectación directa a los activos logísticos y la economía es “frustrante”.
Rojas solicita a las autoridades gubernamentales a que preste atención cada vez que un grupo de individuos con reclamos sociales pretenda desestabilizar la ciudad, pues son garantes de que todo esté en orden, y el paso no sea obstruido para nadie.
“Las pérdidas monetarias que dejan los reclamos sociales en las calles son cuantificables, el nivel competitivo va bajando y nuestros vecinos se aprovechan de nuestras fallas”, resaltó Rojas.
Colón, con una población de 227,592 personas, es considerada la tercera concentración urbana más poblada del país, después de la ciudad de Panamá y el distrito de San Miguelito. A su vez, es la ciudad con más habitantes de todo el Caribe de Centroamérica.