Los dos dirigentes hablaron por teléfono el viernes tras la muerte de estos soldados en un bombardeo que Ankara atribuyó a las tropas de Damasco apoyadas por Rusia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, se dijeron profundamente preocupados por el aumento de la tensión en el noroeste de Siria, donde 33 soldados turcos murieron en un bombardeo el jueves, anunció el Kremlin.
Los dos dirigentes hablaron por teléfono el viernes tras la muerte de estos soldados en un bombardeo que Ankara atribuyó a las tropas de Damasco apoyadas por Rusia.
Erdogan y Putin “intercambiaron sus puntos de vista sobre la situación en Siria”, dijo el Kremlin en un comunicado, añadiendo que ambos se mostraron “seriamente preocupados por la escalada de tensiones en Idlib”, provincia del noroeste sirio donde tuvo lugar el bombardeo del jueves y donde las tropas de Damasco llevan a cabo una importante ofensiva contra rebeldes y yihadistas, con el apoyo de Rusia.
Según este comunicado, Erdogan y Putin también mencionaron la necesidad de “mejorar” la comunicación militar entre ambos países y tomar “algunas medidas suplementarias” para normalizar la situación.
“Se acordó incrementar las consultas interministeriales que se consideren pertinentes y estudiar la posibilidad de celebrar pronto una cumbre”, según este texto.
Poco antes, el ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, había explicado además que Putin dio el pésame a Erdogan y aseguró que quería evitar “tragedias semejantes” en el futuro. El presidente ruso se dijo dispuesto a “hacer todo lo que esté en su mano para garantizar la seguridad de los soldados turcos” en Siria.
Un total de 53 militares turcos han fallecido violentamente en febrero en la región de Idlib.