Maribel Coco es la defensora encargada y pretende seguir en el cargo un año más. Para eso mueve hilos dentro y fuera de la institución.
“Todos tranquilos que me quedo”, con esa frase Maribel Coco imparte fe a los que considera “su gente” en la Defensoría del Pueblo. El mensaje transmite seguridad y está dirigido a un grupo de entre 30 y 40 personas, que han llegado ahí en los últimos 5 meses de la mano de Coco; desde que ella se convirtió en la Defensora del Pueblo Encargada.
En realidad, ella es la Defensora Adjunta y está supliendo la ausencia de un titular, tras la destitución de Alfredo Castillero Hoyos en una votación en la Asamblea, donde el PRD tiene amplia mayoría. Así una semana después de haber sido electa adjunta se convirtió en la Defensora (E), encargada; lo primero que hizo fue pedir a todos los directores nacionales renunciar a sus cargos. Para entonces no hablaba del futuro, sin embargo; ahora no disimula su interés en completar el periodo y seguir como Defensora hasta abril de 2021.
Para eso activó sus cuadros en la Defensoría, la gente que llevó desde el 10 de octubre cuando quedó encargada. Un grupo que hoy en los pasillos de la institución denominan “El Clan Coco”.
La señora Coco fue miembro del PRD hasta unos días antes de ser electa adjunta, tiene 63 años cumplidos y ha confesado en una entrevista hace unos días que sus nombramientos al encargarse de la Defensoría han surgido de listas enviadas por los diputados. Al reconocer esa realidad desató una escalada de repudio que lleva una semana en la opinión pública y en las redes sociales.
En resumen, la acusan de utilizar la defensoría como botín político. Un señalamiento que encaja perfectamente en el perfil de la Defensora Encargada, que ha sido precandidata a diputada del PRD, fue activista en la campaña de 2019 y la une una profunda amistad con Benicio Robinson el presidente del partido oficialista.
De hecho, ante la ola de críticas, la respuesta de Coco se parece más a una estrategia política que a un plan institucional. Lleva dos días reuniéndose con un clan de funcionarios que ha nombrado. Los convoca en un grupo de Whatsapp al salón de reuniones al que accede desde el despacho superior. “tienen que twitear cosas buenas sobre mí y el trabajo que hacemos”, les dice.
Tras una breve arenga el encuentro termina y los miembros del “Clan Coco” que hayan estado presentes se retiran en la mayor discreción posible. Mientras tanto en la Asamblea los diputados del PRD evitan convocar a la elección de un nuevo Defensor del Pueblo, una votación que vienen postergando hace 65 días, desde que inició el actual periodo de sesiones ordinarias.