El grupo se congregó en plaza Italia, tal como al mediodía del domingo, para avanzar nuevamente por la céntrica avenida Alameda.
Unas 3.000 mujeres volvieron a marchar este lunes en Santiago y protagonizaron algunos incidentes con la policía, acogiendo un llamado a una huelga feminista que siguió a la multitudinaria marcha el domingo por el Día Internacional de la Mujer a la que asistieron cientos de miles de personas.
El grupo se congregó en plaza Italia, tal como al mediodía del domingo, para avanzar nuevamente por la céntrica avenida Alameda. En el frente del palacio presidencial de La Moneda protagonizaron algunos incidentes con la policía, que usó chorros de agua y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes.
Bajo la consigna “Lucha contra la precarización de la vida”, la Coordinadora 8-M lideró un llamado a huelga general acogido parcialmente por algunas empleadas públicas, que se unieron a la manifestación por el centro de la capital chilena, en la que nuevamente las consignas contra el mandatario derechista Sebastián Piñera lideraron las proclamas.
Temprano, en varios puntos de Santiago se encendieron barricadas que complicaron el tráfico en la hora punta de la mañana, y durante las siguientes horas el Metro de Santiago debió cerrar algunas estaciones por protestas en los exteriores.
La nueva manifestación se realizó aún con los ecos de la multitudinaria marcha de este domingo, a la que asistieron cientos de miles de mujeres, en la primera conmemoración del 8M tras el estallido social que se inició el 18 de octubre en Chile.
La cantidad de asistentes a la marcha era objeto este lunes de una fuerte polémica. Mientras la policía cifró en 150.000 los asistentes, los grupos feministas dijeron que cerca de dos millones de personas concurrieron a la manifestación.
Este lunes la vocera del gobierno, Karla Rubilar, reconoció que el cálculo de la policía se quedó corto y afirmó que en la asistencia a la manifestación bordeó el millón de personas.