Dentro del crucero Grand Princess estuvieron los médicos panameños Daniel y Helen Pichel.
La operación para evacuar el crucero Grand Princess, con pasajeros infectados con coronavirus a bordo, estaba casi culminada este viernes en Oakland, California, con excepción de un puñado de extranjeros.
El barco, que transportaba a unos 2.400 pasajeros, fue llevado a Oakland el lunes después de que 21 personas dieran positivo a los análisis que les fueron practicados para detectar COVID-19.
“Todos los pasajeros estadounidenses han desembarcado del Grand Princess”, informó este viernes la oficina del gobernador de California.
Un total de 2.446 personas han sido llevadas a tierra, incluido un pequeño número de miembros de la tripulación originarios de Canadá y Gran Bretaña.
El gobernador, Gavin Newsom, dijo que el barco permanecería en Oakland al menos hasta el domingo, ya que se hicieron arreglos de repatriación con los países de los pasajeros restantes.
Un número desconocido de pasajeros adicionales han dado positivo por el nuevo coronavirus desde el desembarco, agregó.
Los residentes en Estados Unidos que no requieren hospitalización han sido transferidos a cuatro bases militares en California, Texas y Georgia para una cuarentena de 14 días.
Durante el traslado en autobús y avión hacia las bases militares, los pasajeros se quejaron de las condiciones de hacinamiento, que según ellos fueron más allá de las estrictas medidas de aislamiento aplicadas anteriormente a bordo del barco.
“Es realmente increíble lo mal que se organizó este proceso”, dijo Carolyn Wright, una mujer de 63 años originaria de Nuevo México.
Una vez que los pasajeros restantes hayan abandonado el barco, el Grand Princess partirá de Oakland y anclará en la bahía de San Francisco.