Este sábado sumaba ya 5.753 casos y 183 muertos, según los últimos datos de las autoridades.
Los españoles aguardaban este sábado la declaración inminente del estado de alarma por parte del gobierno, que se dispone a tomar medidas excepcionales para poner coto al avance del coronavirus.
España es el segundo país más golpeado de Europa sólo por detrás de Italia, tras haber multiplicado por diez el número de infectados en menos de una semana.
Este sábado sumaba ya 5.753 casos y 183 muertos, según los últimos datos de las autoridades.
Con distancia de seguridad entre los ministros, después de que dos de ellos dieran positivo por coronavirus, el gobierno de Pedro Sánchez está reunido desde las 10H30 (09H30 GMT) en Madrid para preparar el decreto del estado de alarma.
Según fuentes gubernamentales, Sánchez comparecerá “a lo largo de la tarde” para dar cuenta.
El dispositivo está previsto inicialmente por 15 días, y en líneas generales permite, según la legislación, “limitar la circulación” de personas o vehículos, y “practicar requisas temporales de todo tipo de bienes”, tales como industrias, fábricas o locales “de cualquier naturaleza”, salvo domicilios.
Igualmente autoriza al ejecutivo a “limitar o racionar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad”.
Por el momento, las regiones de Cataluña y Murcia tomaron la iniciativa de confinar algunos municipios para prevenir el avance de la enfermedad.
– Cerrojazo en Madrid –
A la espera de los anuncios del presidente, Madrid y otros puntos del país se convirtieron este sábado en ciudades zombis, con una caída drástica de la actividad derivada de las medidas contra el coronavirus.
Desde este sábado y hasta el 26 de marzo al menos, todos los comercios no esenciales están cerrados en la región de Madrid, la más afectada del país con 2.940 casos y 133 fallecidos.
La medida se tradujo en el cierre masivo de tiendas, bares y restaurantes en la capital. Sólo quedan exentos supermercados, farmacias, kioskos, estancos y gasolineras.
“En vista de lo que hay, no esperamos que venga mucha gente”, pero toca “afrontar lo que viene”, dijo con resignación a la AFP Paco Higueras, empleado de una cadena de alimentación en el centro de Madrid.
Los colegios y universidades están cerrados en todo el país, así como los museos y salas de espectáculos.
Para evitar focos de propagación, el ayuntamiento de Madrid decidió incluso este sábado cerrar todos los parques, adonde estaban afluyendo muchas familias con niños en casa para tomarse un respiro.
Otra medida contundente anunciada este sábado fue la suspensión de las procesiones de la Semana Santa de Sevilla, del 5 al 12 de abril, un evento que cada año congrega multitudes. Dicha suspensión no ocurría desde 1933.
En Cataluña, la segunda región más afectada con más de 500 contagiados, incrementaron las medidas de aislamiento de la población: desde el sábado tienen prohibida la apertura bares, restaurantes, locales de ocio, gimnasios y centros comerciales.
En Barcelona el tráfico cayó notablemente, todas las atracciones turísticas echaron el cierre y por la calle quedan pocos transeúntes, muchos de ellos con bolsas y carros de la compra.
Por orden del arzobispado de Barcelona, las iglesias cancelarán además la celebración de misas y otros sacramentos como bodas, bautizos o funerales.
El gobierno regional pidió el viernes a Sánchez el confinamiento total de la región, que ya cuenta con alrededor de 66.000 personas aisladas en cuatro municipios cercanos a Barcelona donde existe un brote descontrolado del virus.
La epidemia también afectaba al deporte rey, el fútbol, obligando a suspender la liga por al menos dos semanas, y a los políticos, con los positivos de las ministras Irene Montero (Igualdad) y Carolina Darias (Política Territorial y Función Pública).
Este sábado se conoció también que Javier Solana, ex secretario general de la OTAN y antiguo jefe de la diplomacia europea, de 77 años de edad, está ingresado en Madrid por coronavirus, aunque “su evolución es favorable”, según una fuente de su entorno.