Para evitar que haya despidos masivos, el ejecutivo cubrirá la mayor parte de los sueldo.
El primer ministro británico, Boris Johnson, ordenó el viernes el cierre de bares, restaurantes y otros establecimientos de ocio para incrementar el distanciamiento social contra el coronavirus, y su gobierno prometió hacerse cargo del 80% de los salarios para evitar despidos.
“Decimos a los cafés, pubs, bares y restaurantes que cierren esta noche, tan pronto como puedan, y que no abran mañana”, anunció el líder conservador en su rueda de prensa diaria sobre la crisis, precisando que “pueden seguir ofreciendo servicios de comida para llevar”.
“También decimos a los clubes nocturnos, teatros, cines, gimnasios y centros de ocio que cierren”, agregó.
Cambiando el rumbo de una estrategia muy criticada por no implementar medidas tan drásticas contra la pandemia como otros países europeos, Johnson había pedido el lunes a los británicos que evitaran todos los contactos sociales innecesarios.
Esto implicaba trabajar desde casa y abstenerse de ir a teatros o restaurantes aunque no tuviesen síntomas de la COVID-19.
Ciertos establecimientos cerraron y otros vieron su clientela reducida, pero en algunas partes de Londres, epicentro de la epidemia en el país, los pubs y cafés seguía siendo frecuentados.
El nuevo rumbo tomado por Johnson esta semana suscitó preocupación en el sector de la hostelería, que advirtió que un cierre implicaría la pérdida de miles de puestos de trabajo.
Para evitar que haya despidos masivos, el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, anunció el viernes, al comparecer junto al primer ministro, que el ejecutivo cubrirá la mayor parte de los sueldos.
“Las subvenciones del gobierno cubrirán el 80% del salario de los trabajadores retenidos, hasta un total de 2.500 libras al mes (2.900 dólares)”, afirmó.
Esto “está justo por encima del ingreso medio”, subrayó el ministro, y precisó que las empresas podrán completar dichos sueldos si lo desean.
El Reino Unido, que en los últimos días registra un aumento exponencial de casos, tenía el viernes 177 fallecidos por la COVID-19. El país no realiza tests sistemáticos, pero el principal consejero científico de Johnson consideró esta semana “razonable” considerar que haya unos 55.000 infectados.