El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scolz hizo un llamado a movilizar los recursos presupuestarios de la Unión Europea en prioridad hacia los países “con las necesidades más importantes”.
Alemania está “dispuesta” a emplear “la solidaridad europea” pero sigue rechazando mutualizar la deuda para hacer frente a la pandemia del coronavirus en la zona euro, afirmó el martes el ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz.
“Estamos dispuestos a la solidaridad, pero una solidaridad bien pensada”, comentó el ministro, también vicecanciller, miembro del SPD (partido socialdemócrata).
Olaf Scholz también hizo un llamado a movilizar los recursos presupuestarios de la Unión Europea en prioridad hacia los países “con las necesidades más importantes”, tanto del punto de vista sanitario como económico.
Pero el ministro reiteró el rechazo de Berlín de aplicar “coronabonos”, un instrumento de deuda colectiva entre los 19 países de la eurozona que varios países, entre ellos Francia, España e Italia, pidieron para hacer frente a la crisis económica causada por la pandemia del COVID-19.
El jueves, en una cumbre europea, la canciller alemana Angela Merkel ya manifestó su oposición a los “coronabonos” e insistió en encarar la crisis con los medios europeos ya existentes, como el mecanismo europeo de estabilidad.
La víspera, en una carta dirigida al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, los mandatarios de nueve países europeos instaron a la creación de estos “coronabonos” para obtener fondos frente a la crisis.
Varios dirigentes políticos, entre ellos los presidentes regionales de Liguria y Emilia Romaña y numerosos alcaldes, reiteraron el martes este llamado en el diario alemán conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung, donde piden a sus “queridos amigos alemanes” que cambien de idea.
Si “la Unión Europea no demuestra que existe ahora, desaparecerá”, advirtieron los firmantes de este texto, urgiendo a Alemania a “tomar la buena decisión”.
Criticaron asimismo la posición de Holanda, el país más hostil a la iniciativa de los “coronabonos”, y denunciaron la falta de “ética” y de “solidaridad” de los países del norte de Europa.