El presidente Donald Trump anunció que las autoridades sanitarias aconsejan ahora a todos los ciudadanos cubrirse el rostro al salir de casa.
¿Llevaremos todos mascarilla pronto? Después de haber repetido que eran ineficaces contra el coronavirus cuando no se está enfermo, varios países cambiaron de discurso esta semana e instaron a llevarlas, lo que ha creado mucha confusión.
El cambio de estrategia más espectacular ocurrió en Estados Unidos el viernes. El presidente Donald Trump anunció que las autoridades sanitarias aconsejan ahora a todos los ciudadanos cubrirse el rostro al salir de casa.
“Se produjo una verdadera inflexión en Estados Unidos y la OMS está revisando sus recomendaciones”, declara a la AFP el profesor KK Cheng, especialista de salud pública en la Universidad de Birmingham (Reino Unido), favorable al uso generalizado de la mascarilla.
Desde el inicio de la pandemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y numerosos gobiernos repiten sin cesar que las mascarillas solo son para el personal sanitario, los enfermos y su entorno cercano, basándose en datos científicos, según ellos.
Pero para los expertos que están a favor de su uso generalizado, este discurso tenía como objetivo evitar que la gente se apresurara a comprar las mascarillas reservadas a los sanitarios (máscaras quirúrgicas y las FFP2, de mayor protección), que escasean en muchos países.
En Asia, donde el uso de este tipo de protección está muy extendido, la reticencia de los países occidentales sorprendió.
“El gran error de Estados Unidos y Europa, para mí, es que la gente no lleve máscaras”, afirmó recientemente el jefe del Centro chino de Control y Prevención de Enfermedades, Gao Fu, en una entrevista en la revista Science.
Desde entonces, las posiciones oficiales han ido evolucionando, suscitando la incomprensión de la población.
– Hipótesis de los “aerosoles” –
También cobra mayor peso la hipótesis según la cual el coronavirus se podría transmitir a través del aire exhalado (los llamados “aerosoles” en la jerga científica).
Esta forma de transmisión todavía no ha sido probada científicamente.
Pero se sospecha que “el virus puede propagarse incluso cuando las personas simplemente hablan en lugar de toser o estornudar”, aseguró el viernes a la cadena Fox News el especialista Anthony Fauci, asesor de Donald Trump.
Si se confirma, esto explicaría por qué este virus es tan contagioso, y es transmitido por enfermos sin síntomas.
Antes que las autoridades nacionales aconsejaran el uso de la mascarilla, Bill de Blasio, el alcalde de Nueva York, principal foco de la COVID-19 en Estados Unidos, se adelantó y pidió que los habitantes de la ciudad se cubrieran la cara al salir de casa.
Para evitar agotar las existencias de los productos médicos, también sirven las mascarillas hechas en casa o por fabricantes textiles.
Según los científicos, sirven para evitar contaminar a los otros pero no para protegerse de la enfermedad.
“Mucha gente piensa que llevar mascarilla les protege del contagio, pero en realidad permite reducir las fuentes de transmisión”, explica a la AFP el profesor Cheng.
“Funciona si todo el mundo las lleva, y en ese caso, una mascarilla muy básica es suficiente, ya que un trozo de tela puede bloquear las proyecciones” emitidas por un enfermo, añade.
“No es perfecto, pero es mejor que nada”, apostilla.
– Mascarillas caseras –
En Alemania, el instituto Robert Koch, a cargo de la lucha contra la pandemia, alentó el viernes a los ciudadanos a utilizar mascarillas hechas en casa.
“Todavía no hay pruebas científicas” sobre si limitan la propagación del virus, pero “parece plausible”, estimó su presidente, Lothar Wieler.
En Francia, la Academia de Medicina, también consideró el viernes que una mascarilla para la población en general debería ser obligatoria en el exterior durante y después del confinamiento.
En Europa del Este, esta protección también está ganando terreno. Es obligatoria en República Checa y Eslovenia, y en Austria es obligatoria para entrar en los supermercados.
La OMS, por su parte, sigue en su posición inicial, puesto que teme que el uso de la mascarilla dé una “falso sentimiento de seguridad” y haga olvidar las medidas más importantes (distancia social, lavado de manos…)
Su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, admitió sin embargo que la institución seguía “evaluando el uso potencial de la mascarilla de manera más amplia”.
“La pandemia evoluciona, las pruebas y nuestros criterios también”, declaró.
Según un estudio publicado el viernes en la revista Nature, el uso de mascarillas quirúrgicas reduce la cantidad de coronavirus en el aire exhalado por los enfermos. El informe se hizo a partir de otros coronavirus que no son el actual SARS-CoV-2.
“Este estudio aporta una prueba importante a favor del uso de la mascarilla”, comentó el doctor Rupert Beale, del Francis Crick Institute de Londres. “Los responsables de la sanidad pública tienen que tenerlo en cuenta inmediatamente”.