Wang fue detenido por las autoridades chinas en 2015.
Uno de los abogados chinos encarcelados más célebres, el defensor de los derechos humanos Wang Quanzhang, fue liberado este domingo, anunció a la AFP su esposa Li Wenzu.
Sin embargo, Wang, de 44 años, que pasó cerca de cinco años en la cárcel, no ha sido autorizado a reunirse con su familia, agregó.
Según Li, fue escoltado este domingo por la policía desde la prisión de Linyi, en la provincia de Shandong, hasta una propiedad de su ciudad natal Jinan.
“A cada paso, pienso que las autoridades nos han mentido”, explicó su esposa desde Pekín, donde vive con su hijo.
“Utilizaron el pretexto de la epidemia para ponerle 14 días en cuarentena en Jinan pese a que podría haber regresado a su casa en Pekín, conforme a las disposiciones legales”, según ella.
Wang fue detenido por las autoridades chinas en 2015 al mismo tiempo que otros 200 defensores de derechos humanos.
La esposa, al igual que observadores de derechos humanos, temen que pese a la liberación, las autoridades chinas sometan a Wang a fuertes restricciones de su libertad.
“Me temo que a largo plazo, lo confinen en residencia vigilada en Jinan, y que no podamos reunirnos en familia” explicó Li, quien a lo largo de los años ha librado un combate sin tregua para la liberación de su marido.
Wang fue condenado en enero de 2019 a cuatro años y medio de cárcel por “subversión”, en un proceso a puertas cerradas.
En el pasado, defendió a militantes políticos, miembros de la secta prohibida Falungong y a campesinos a los que les arrebataron sus tierras.
El abogado estuvo detenido en un lugar secreto durante más de 1.000 días antes de su proceso, sin acceso a su familia ni a un letrado.
Cuatro años después de su detención fue autorizado, en junio, a ver a su familia por primera vez.
La Unión Europea calificó de “avance positivo” la liberación, pero exigió en un comunicado que la puesta en libertad sea “sin condiciones” y se le permita “reencontrarse con sus allegados”.
Desde la llegada al poder del presidente Xi Jinping, a principios de 2013, asociaciones internacionales de defensa de los derechos humanos han denunciado el recrudecimiento de la represión contra las voces críticas.
Negociar con un país s que villa los derechos humanos de esta manera es aprobar y, consentir esto, en este sentido tenemos una doble moral un pueblo pobre un gobierno rico Acosta del bienestar de sus habitantes, es hora de hacer lo que se le hace a Cuba, Venezuela.