Confinando a casi la mitad de la humanidad en sus casas, la COVID-19 ha contagiado a más de 1,2 millones de personas en 190 países y matado a casi 70.000, más de 50.000 en Europa.
España volvió este lunes a dar signos de progreso en su férrea batalla contra el coronavirus, que, por el contrario, amenaza con ensañarse esta semana con Estados Unidos y otros países como Japón, y llevó al hospital al primer ministro británico Boris Johnson.
Confinando a casi la mitad de la humanidad en sus casas, la COVID-19 ha contagiado a más de 1,2 millones de personas en 190 países y matado a casi 70.000, más de 50.000 en Europa, según el recuento de la AFP de este lunes
Pese a ello hay buenas noticias en Europa, con Italia, España y Francia reportando una reducción en el número diario de muertos.
España, segundo país del mundo más castigado por la pandemia después de Italia, registró este lunes 637 muertos, la cuarta caída consecutiva y la cifra más baja en 13 días, lo cual sitúa el total de decesos en 13.055 entre las 135.032 personas contaminadas.
“La presión está disminuyendo”, dijo la doctora María José Sierra, del centro español de emergencias sanitarias, destacando que hay “un cierto descenso” en el número de casos hospitalizados y de los ingresados en cuidados intensivos.
Italia, que totaliza 15.877 decesos y unos 129.000 contagios, también está teniendo cierto alivio. El número de fallecidos diarios por coronavirus fue de 525 el domingo, el balance más bajo desde el 19 de marzo.
“La curva ha comenzado su descenso y el número de muertes ha comenzado a caer”, dijo el alto funcionario de salud italiano Silvio Brusaferro, quien agregó que la siguiente fase podría ser una relajación “gradual” del estricto confinamiento en que está ese país desde hace un mes.
En Francia, el balance diario de muertos fue de 357 este domingo, la cifra más baja en una semana en este país que ya superó las 8.000 muertes.
Animadas por esas noticias, las bolsas europeas abrieron este lunes con subidas de entre 2,5% y 4%, en sintonía con la de Tokio que cerró en fuerte alza de 4,2%, recuperándose de la mala jornada del viernes. Los inversores están “más optimistas”, dijo el analista Naeem Aslam de AvaTrade.
Pero en otras países la epidemia sigue su marcha. En Japón, que registra 3.650 casos y 73 muertes, el primer ministro Shnzo Abe propuso declarar este lunes un estado de emergencia pues el virus se ha acelerado principalmente en Tokio.
“Esperamos declarar el estado de emergencia a partir de mañana tras escuchar la opinión del panel de expertos”, dijo Abe a la prensa, agregando que el gobierno lanzaría un paquete de un billón de dólares para auxiliar a la tercera economía mundial.
El primer ministro británico, Boris Johnson, de 55 años, fue ingresado a un hospital el domingo por la noche para “exámenes” tras ser diagnosticado hace 10 días de coronavirus, pero “sigue al mando” del gobierno, dijo a la BBC Robert Jenrick, ministro a cargo de Vivienda y Comunidades.
Ayer mismo, en su cuarto mensaje a la nación en 68 años de reinado, la reina Isabel II pidió a los británicos resistir unidos frente a esta pandemia, que ya se cobró cerca de 5.000 vidas en el país.
– “La semana más triste” –
Mientras la curva empieza a aplanarse en Europa, Estados Unidos registra una vertiginosa expansión de la pandemia con casi 10.000 muertos y la cifra récord de 377.000 contagiados.
“Esta va a ser la semana más dura y triste en la vida de la mayoría de los estadounidenses, sinceramente (…) Este va a ser nuestro momento de Pearl Harbor, nuestro momento del 11 de septiembre”, dijo el administrador de la Salud Pública en Estados Unidos, Jerome Adamsa Fox News.
Cientos de miles de mascarillas fueron enviados por las autoridades estadounidenses a Nueva York, el estado más afectado (4.159 muertos y unos 123.000 casos).
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump ha ensombrecido su tono ante la crisis, y el sábado dijo que Estados Unidos estaba entrando en una semana “horrorosa” donde habrá “muchos muertos”.
Pero pese a las cifras catastróficas de la enfermedad en su país, Trump insiste en que la primera potencia mundial no puede detenerse económicamente y sigue dejando que los estados declaren sus propias medidas y órdenes de confinamiento, lo cual ha sido fuertemente criticado.
En América Latina, donde se reportan unos 32.000 casos confirmados y más de 1.100 muertos, también se esperan días muy difíciles.
Brasil es el más afectado de la región, con más de 11.000 enfermos y unos 490 muertos.
“La incertidumbre será la marca de nuestras vidas en adelante, se vienen dos semanas muy duras, muy difíciles, estamos aumentando progresivamente los casos”, afirmó Víctor Zamora, ministro de Salud de Perú, donde se han registrado hasta el domingo 2.281 contagios y 83 decesos.
La emergencia sanitaria, que se ha vivido con tintes macabros en Ecuador con decenas de muertos en casas y aceras por el colapso de los servicios sanitarios, y la crisis económica desatada por la pandemia, también está haciendo volver a Venezuela a cientos de personas que migraron a Colombia.
– Luces y sombras –
Mientras en el mundo países y centros de investigación apuran su carrera en la búsqueda de una vacuna o un tratamiento certero contra el nuevo coronavirus, sigue el debate sobre el uso de mascarillas para un levantamiento progresivo del confinamiento en el que ya piensan algunos países de Europa, como Italia o Austria.
En América Latina o en África, en los campos de refugiados o en países en guerra el confinamiento es casi imposible. “Más vale morir de esta enfermedad o de un disparo que de hambre”, dice Garcia Landu, un conductor de mototaxi de Angola.
Como muestra de la pesadumbre que se vive en el mundo, el Papa Francisco, solo, dio inicio a la semana santa, normalmente sinónimo de iglesias llenas y procesiones, pero que este año sorprende a la mitad de la población mundial confinada.
Con buena parte del planeta confinado, además, aumentó la violencia doméstica, lo que llevó al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, a calificar esa situación de “horrorosa” y a pedir a las autoridades hacer de la protección de las mujeres “una parte clave de sus planes” de respuesta a la COVID-19.
Pese a la penumbra, han surgido creativas iniciativas de solidaridad por todo el mundo, sobre todo para ayudar a los que están en primera línea de la lucha contra la pandemia, el personal sanitario.
Al igual que en Francia, en un restaurante de Barcelona se prepara comida para llevar a los médicos y enfermeros. “Contribuir con lo que se pueda en estos momentos nos hace sentirnos mejor”, dice a la AFP Vanessa, una cocinera de una hamburguesería.
El efecto devastador en la economía mundial hará, según los analistas, que se disparen los niveles de pobreza, se pierdan millones de empleos y quiebren miles de empresas, pese a los planes de estímulo anunciados por bancos centrales y organismos multilateral.