El Banco Central Europeo (BCE) anunció este martes una serie de medidas “sin precedentes” para garantizar a los bancos liquidez, y evitar un posible endurecimiento del crédito en la zona euro, en plena pandemia del coronavirus.
El BCE tolerará “un aumento temporal” del riesgo aceptando como garantías de los bancos activos como bonos de deuda griega, hasta ahora excluidos de ese marco, así como préstamos concedidos a microempresas, con tal de mantener el crédito en la economía euro, explicó el comunicado.
El BCE ya había decidido en marzo aumentar en 750.000 millones de euros su programa de compra de deuda pública y privada para tratar de amortiguar el impacto económico causado por el nuevo coronavirus, y anunció nuevas operaciones de préstamos gigantes baratos.
Entre las decisiones de este martes, previstas para durar el tiempo de la crisis, que se suman al programa de urgencia de marzo, el BCE renuncia a las exigencias de calidad mínima para los títulos de deuda emitidos por Grecia y que los bancos querrían aportarle como garantía.
Una acción lógica después que estos mismos títulos griegos fueron reintroducidos en su programa de compra de deuda desde marzo, tras un largo periodo excluidos que se remontaba a la crisis de la deuda en la zona euro a principios de los años 2010.
El BCE quiere, también, suavizar las condiciones en las que se aceptan como garantía los créditos al sector privado para conceder liquidez a los bancos.
En la práctica, el BCE aceptará “créditos de menor calidad” concedidos a empresas y particulares y “créditos en divisas extranjeras”, señala.
Asimismo, podrán servir como garantía préstamos a los trabajadores independientes, como los autoemprendedores, los particulares, y todos los actores que han recibido liquidez en el marco de créditos garantizados por los Estados, como los que han puesto en marcha Alemania, Francia, Italia o España.
El BCE también amplió el campo de las garantías posibles al suprimir el límite de 25.000 euros para créditos concedidos a las pequeñas empresas.
Otro tipo de flexibilización trata de bajar “sistemáticamente” los descuentos practicados sobre el valor de activos que le aportan, aplicando una tasa fija del 20%.