Las medidas de distanciamiento hacen que sólo 50 de los 650 diputados puedan estar presentes, separados por líneas marcadas con cinta adhesiva.
Los diputados británicos regresaron este martes al parlamento tras el receso de Pascua, pero buena parte debe hacerlo por videoconferencia debido a la pandemia de coronavirus, cuya gestión provoca críticas crecientes al primer ministro Boris Johnson.
La Cámara de los Comunes reanudó sus sesiones en una situación radicalmente diferente a la que dejo el 25 de marzo.
Las medidas de distanciamiento hacen que sólo 50 de los 650 diputados puedan estar presentes, separados por líneas marcadas con cinta adhesiva.
Los demás deben participar desde sus casas mediante videoconferencia, una primicia en un parlamento con 700 años de antigüedad.
“Estos son tiempos difíciles, representan un desafío y los cambios necesarios están ocurriendo a un ritmo que no sería ideal en tiempos normales”, afirmó en la apertura de la sesión el ministro de relaciones con el parlamento, Jacob Rees-Mogg.
Los diputados que se sentaron físicamente en el palacio de Westminster debían aprobar formalmente el paso al sistema “híbrido” para que los demás puedan unirse a ellos el miércoles por vídeo.
Sin embargo, sólo 120 podrán participar en la videoconferencia al mismo tiempo. Además, aún no se ha establecido ningún método para permitirles votar por internet.
“Espero presentar más mociones en breve para que podamos extender nuestra forma de trabajo virtual a un período más largo y a cuestiones más relevantes, incluida la legislación”, aseguró Rees-Mogg.
– Situación radicalmente diferente –
Muchas cosas han cambiado desde la última sesión parlamentaria.
Johnson enfermó de covid-19 y tuvo que ser hospitalizado en cuidados intensivos. Fue dado de alta la semana pasada pero sigue recuperándose en su residencia de campo de Chequers y reemplazado por su ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab.
En este tiempo también la oposición laborista eligió a un nuevo líder, el moderado Keir Starmer, para reemplazar al radical Jeremy Corbyn.
Y el número de muertos por covid-19 en los hospitales británicos pasó de menos de 500 a más de 17.300 el martes.
A estos deben sumarse los fallecimientos en domicilios, residencias de ancianos y otros centros, que según datos de la Oficina de Estadística Nacional (ONS) son más de 15% del total.
El confinamiento, decretado el 23 de marzo, fue prolongado el pasado jueves al menos durante tres semanas.
– Críticas al gobierno –
Johnson “no está haciendo formalmente trabajo gubernamental”, aseguró el martes su portavoz.
Recibe sin embargo informes sobre la gestión de la crisis y habló por teléfono con el presidente estadounidense Donald Trump: “acordaron la importancia de una respuesta internacional coordinada al coronavirus, incluido mediante el G7 que Estados Unidos preside actualmente”, informó Londres.
Asimismo, durante la semana “debe mantener una audiencia telefónica con la reina y será la primera en tres semanas”, precisó.
No se sabe de momento cuándo volverá Johnson al trabajo pero su gobierno es blanco de crecientes críticas de la prensa que ahora serán retomadas por los diputados.
Le reprochan el “tiempo perdido” en decidir la estrategia a adoptar contra la pandemia -y el optar por el confinamiento demasiado tarde- pero también sus promesas incumplidas sobre el número de tests diarios y unos equipos de protección para el personal médico que llegan con cuentagotas.
Sobre este último punto se defendió el ministro de Sanidad, Matt Hancock, en la rueda de prensa diaria sobre la crisis: “tenemos un rango diverso de proveedores y trabajamos día y noche para ampliar esa base de suministro”.
El Partido Conservador es además criticado por las políticas de austeridad de los últimos años, que diezmaron al Servicio Nacional de Salud (NHS) de los fondos y el equipo necesarios.
“Tenemos que asegurarnos de que hay un control gubernamental, no podemos dejar que los medios de comunicación desempeñen ese papel solos”, afirmó el presidente de la Cámara de los Comunes, Lyndsay Hoyle, en las ondas de la BBC. “Esta es una crisis importante y los diputados tienen un papel que desempeñar”, agregó.