El tiroteo dejó profundas marcas en las columnas dóricas de la entrada, rompió una farola y varios vidrios y molduras del frontis del edificio.
Un hombre fue arrestado el jueves tras lanzar una ráfaga de tiros contra la embajada de Cuba en Washington, sin causar heridos, un inusual incidente que llevó a La Habana a expresar una protesta diplomática ante Estados Unidos.
Tras el incidente ocurrido en la madrugada, el detenido fue identificado por la policía como Alexander Alazo. Este hombre de 42 años y residente en Texas fue acusado de “asalto con la intención de matar”.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, convocó a la encargada de negocios de Estados Unidos en La Habana, Mara Tekach, para expresar su “enérgica protesta” por lo que denominó como una “agresión terrorista” contra su embajada.
El tiroteo dejó profundas marcas en las columnas dóricas de la entrada, rompió una farola y varios vidrios y molduras del frontis del edificio, constató la AFP.
“Esta madrugada, aproximadamente a las 2H15 de la mañana, oficiales del Servicio Secreto de Estados Unidos acudieron a la Embajada de Cuba tras recibir reportes de disparos”, informó el Servicio Secreto en un comunicado.
El Servicio Secreto -que está encargado de proteger a los diplomáticos- indicó que “no se reportaron heridos” y que “un individuo fue arrestado por estar en posesión de un arma de fuego y municiones no registradas”.
Además se lo acuso por “asalto con intención de matar y posesión de un dispositivo de recarga de alta capacidad”.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, dijo que su país “condena la agresión” y espera una “investigación del atentado con arma de fuego” contra la embajada.
“Los estados deben proteger a las misiones diplomáticas acreditadas en su país”, indicó.
Cuba confirmó que su personal está a salvo e indicó que el Departamento de Estado está al tanto de lo ocurrido.
Un portavoz del Departamento de Estado dijo que Estados Unidos se toma sus responsabilidades diplomáticas de forma seria, para “proteger a las misiones frente a intrusos, daños o amenazas”.
“No podemos especular sobre las motivaciones del agresor”, indicó.
En octubre de 2017, el gobierno de Donald Trump expulsó a 15 diplomáticos cubanos tras una serie de inexplicables malestares, dolores de cabeza y pérdidas de audición sufridas por personal diplomático estadounidense en su legación en La Habana.
Cuba rechaza que se haya producido algún tipo de ataque contra ellos.
– “Política de agresión y hostilidad” –
El expresidente de Estados Unidos Barack Obama había iniciado un acercamiento histórico con la isla, pero el gobierno de Trump mantiene un vínculo tenso con Cuba, marcado por el bloqueo económico que su país impone sobre la isla y las diferencias en torno al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, aliado de La Habana.
“No es posible disociar un hecho como este del recrudecimiento de la política de agresión y hostilidad que aplica el gobierno de Estados Unidos contra Cuba, ni del endurecimiento del bloqueo”, dijo Rodríguez en una declaración a la televisión estatal.
Para el canciller cubano, la agresión “ha sido alentada por la creciente retórica hostil contra nuestro país en que están involucrados de forma pública y sistemática, tanto el Secretario de Estado”, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, como de otros altos funcionarios.
El jefe de la diplomacia de Venezuela, Jorge Arreaza, denunció que “las constantes agresiones del gobierno de Trump pueden cultivar peligrosas expresiones de odio en la población”.
– Un rifle de asalto –
La policía de Washington señaló en el momento de la detención el sospechoso portaba un rifle de asalto.
En la mañana del jueves varios agentes con una escalera examinaban la estatua de bronce del poeta cubano José Martí, que está en la entrada y que presentaba un pequeño agujero. Con guantes y la ayuda de una cámara medían el impacto de las balas que rompieron molduras de la entrada y quedaron marcadas en los muros.
Los medios locales señalaron que el detenido disparó unas 30 descargas con el rifle de asalto y el diario The Daily News indicó que un testigo en el lugar lo vio cubierto con una bandera estadounidense.
La embajada está situada en un tranquilo barrio donde hay varias sedes diplomáticas y algunos locales nocturnos, ahora cerrados por el confinamiento por la pandemia del nuevo coronavirus.
Durante años, el edificio fue una sede diplomática que gestionaba los intereses cubanos, pero con el acercamiento en la era de Obama pudo abrir como embajada en 2015.