Hoy, el principal enemigo del trabajo es un virus que contagia a la humanidad y deja muchas muertes y, además, una afectación devastadora a nivel de empleos
Hoy conmemoramos el Día del Trabajador en medio de una situación sin precedentes, con miles de personas, en Panamá y en el mundo, que han perdido sus trabajos, sus medios formales o independientes de llevar sustento a sus casas.
En Panamá, aun así, continúa el trabajo diario de miles de trabajadores de la salud, de científicos, de los que guardan la seguridad pública, los que proveen servicios esenciales, los que nos aseguran agua y electricidad, quienes recogen la basura, los productores de nuestros campos, quienes se dedican a la manufactura de alimentos, los voluntarios y tantas otras áreas imprescindibles para la supervivencia durante la pandemia.
Y mientras ellos se enfrentan a diario a su deber corriendo el riesgo del contagio, otros cientos de miles de ciudadanos, muchos alejados de sus centros de trabajo, los informales, los independientes, los micros, pequeños y medianos empresarios, y los miles de desempleados, luchan desde el confinamiento, restringidos por la gran cuarentena nacional en la lucha contra el coronavirus.
Increíblemente, hoy, el principal enemigo del trabajo es un virus que contagia a la humanidad y deja muchas muertes y, además, una afectación devastadora a nivel de empleos. Una realidad que supera cualquier situación anterior entre el capital y el trabajo, con el gran reto de mantener el tejido empresarial para contener la destrucción de los empleos y, a mediano plazo, generar un proceso de adaptación a las nuevas condiciones, lo cual requiere un vuelco a la educación.
Frente a este monumental reto es imprescindible que la solidaridad esté presente en cada cosa que hagamos. Y el Estado es responsable de gestionar un gran acuerdo nacional con austeridad, transparencia y, sobre todo, con compromiso. Respaldando la cultura de la protección sanitaria laboral, para que cuando volvamos a las actividades económicas, el riesgo de contagio mínimo esté garantizado.
La empatía nos debe llevar a construir un modelo productivo en el que el ser humano sea lo más importante y donde quede claro que sólo la libre empresa puede promover el progreso, el desarrollo y las oportunidades iguales para todos.
Que hoy sea un 1 de mayo para reiterar que el trabajo es un derecho y que trabajadores y empresas son esenciales para afrontar la crisis. Reflexionemos por los que partieron, enfermaron, se recuperaron y por quienes conviven con ansiedad y angustia por llevar el sostén a casa.
Y ese trabajo solidario que hacemos todos los panameños, unos por ayudar y otros por sobrevivir, marcan este 1 de mayo, único y diferente que nos quedará para la historia. En medio de la adversidad, esta lucha nos dignifica a todos.
Nuestro respeto a los trabajadores panameños por esta dura prueba para recuperar pronto la normalidad. Normalidad que necesitamos que sea más justa y equitativa para todos.
*Comunicado de Otro Camino
Yo pienso que debemos, pensar como debemos de volver, a la normalidad, por que nos puede salir, más cara el rebrote que la Pandemia en sí, miremos los ejemplos de los otros países por querer, retornar súbitamente, han colapsado, con todo, así que pidamos a Dios, sabiduría, para regresar, a trabajar, pero con todas las prevenciones, necesarias.