La mayoría de los asesinatos ocurrió en el departamento de Cauca con 34 casos.
Los disidentes de la disuelta guerrilla de las FARC fueron los mayores responsables identificados de asesinatos de líderes sociales y defensores de derechos humanos en Colombia en 2019, informó este miércoles la ONG Somos Defensores.
Es la primera vez que estos grupos, que se apartaron del histórico pacto de paz de 2016, encabezan la lista de los presuntos responsables de homicidios de activistas desde que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) depusieron las armas.
En 2019 fue “notorio (…) el aumento de las cifras de asesinatos cometidos por disidencias o grupos residuales de las FARC”, que prácticamente duplicaron al pasar de 12 casos en 2018 a 21 en 2019, indicó la ONG en un informe.
De los 124 homicidios registrados por la organización el año pasado -contra 155 en 2018-, 82 fueron atribuidos a desconocidos, 21 a disidentes, 16 a paramilitares, cuatro al Ejército de Liberación Nacional (ELN, última guerrilla reconocida) y uno al ejército, detalla el documento.
La mayoría de los asesinatos ocurrió en el departamento de Cauca (suroeste), con 34 casos; Antioquia (noroeste), con 16; y Caquetá (sur), con 10.
Esas regiones son disputadas por disidentes de las FARC, rebeldes del ELN, bandas de origen paramilitar y narcotraficantes ligados a carteles mexicanos por ser estratégicas para la minería ilegal y la producción de cocaína.
Según el informe, las principales víctimas fueron líderes de juntas comunales (33 casos) y autoridades indígenas (32). La cifra de asesinatos de indígenas, la más alta en la última década, se concentra en el convulso Cauca (77,7%).
Las agresiones, que incluyen atentados y amenazas, pasaron de 805 en 2018 a 844 en 2019. Ocurrieron principalmente en “lugares donde antes la desmovilizada guerrilla de las FARC controlaba la vida social, económica y política”, reza el documento.
Los rebeldes de las antiguas FARC operan sin mando unificado y se financian directamente del narcotráfico y la extracción ilegal de minerales, según autoridades, que cifran en unos 2.300 los miembros de las disidencias.
Aunque aliviada por la paz con las FARC, que desmovilizó a unas 13.000 personas, Colombia aún vive un conflicto armado que en más de medio siglo deja casi nueve millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.
La nación sudamericana, principal productor mundial de cocaína, padece una ola de violencia contra líderes sociales y excombatientes que firmaron la paz.
Al menos 108 activistas sociales fueron asesinados en el país en 2019, según la ONU. En 2018 fueron 115.
Casi 200 exguerrilleros han sido asesinados desde la paz, advierte el organismo internacional.