“No participar es como enviar el mensaje de que no me importa. El silencio sugiere complicidad. Por eso sentí que era necesario salir” y manifestar, dijo un manifestante.
Cada día más estadounidenses blancos se suman a las protestas a favor del movimiento “Black Lives Matter” tras la muerte de George Floyd, conscientes de que la discriminación contra los negros va más allá de la volencia policial.
“Es la primera vez que participo en estas manifestaciones”, dijo a la AFP Krista Knight, una dramaturga de 36 años, en una manifestación este fin de semana en Manhattan.
“No participar es como enviar el mensaje de que no me importa. El silencio sugiere complicidad. Por eso sentí que era necesario salir” y manifestar, dijo.
Fue la palabra “complicidad” la que eligió para su pancarta. Una palabra escogida por muchos manifestantes blancos, que también denuncian en sus carteles el “silencio blanco”.
El debate sobre la actitud de los estadounidenses blancos frente al racismo sistémico y las injusticias sufridas por la minoría negra en Estados Unidos a lo largo de la historia, relanzado por la muerte de George Floyd, es intenso.
La diseñadora gráfica Tatjana Gall manifestó por la primera vez el domingo. “Quedé devastada” tras ver el video que muestra cómo un policía blanco asfixió a George Floyd apretándole el cuello con su rodilla el 25 de mayo en Minneapolis, dijo. “Lo mínimo que puedo hacer es manifestar en apoyo al movimiento”.
– Protestas todo el verano –
“Ya he manifestado por muchas cosas, pero es la primera vez por #BlackLivesMatter”, confía Marianne Macrae, de 58 años, mayor que la mayoría de los manifestantes. “No es que no me interesara, pero no era el buen lugar, el buen momento”.
Ahora, esta mujer que trabaja para una oenegé que combate la pobreza llama a una toma de conciencia de sus compatriotas blancos. Dice que está lista para manifestar “todo el verano, hasta el otoño, hasta la elección” presidencial de noviembre.
Para los más jóvenes, numerosos en las protestas, protestar es algo natural.
“Crecí en Houston (Texas) y en Nueva Orleans, dos ciudades con importantes poblaciones negras”, dijo Ross, un músico de 25 años que muchas veces vio a amigos negros temblar de miedo al acercarse la policía.
“Estas personas son nuestros amigos, nuestros vecinos, trabajan con nosotros, trabajan para nosotros”, dijo.
Un reciente sondeo de la Universidad Monmouth muestra una empatía creciente de la población blanca con los riesgos que corren los negros frente a la policía: un 49% de blancos, y 57% de los estadounidenses en general, estiman que es más probable que un policía utilice fuerza excesiva frente a un sospechoso negro, el doble de quienes pensaban eso en 2016 (25%), según este estudio.
Y un 78% de los estadounidenses consideran la ira desatada por la muerte de George Floyd “completamente” o “parcialmente justificada”.
– “Un sistema concebido por nosotros” –
Esta sensibilidad al racismo es tangible asimismo en las redes sociales.
Meredith Parets, profesora en Phoenix (Arizona), se sumó a las protestas el fin de semana. También se asoció a dos grupos en Facebook -incluida la rama local del grupo “White people for black lives” (“Personas blancas por las vidas negras”) que cuenta con unos 900 integrantes y busca que los blancos detecten y combatan formas sutiles de racismo.
Antes “yo creía que los supremacistas blancos era el KuKluxKlan (…) y que podíamos elegir no formar parte de eso”, explicó esta mujer de 47 años. Ahora “me doy cuenta de que (…) todo el sistema ha sido concebido por nosotros”.
Esta profesora escribe a sus legisladores y les pide que voten para financiar un organismo de supervisión de la policía, y les exige que prohíban las técnicas de asfixia para inmovilizar a sospechosos.
Para Candace McCoy, especialista en manifestaciones raciales en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), esta movilización blanca es “una de las grandes diferencias con las protestas de los últimos 30 años”, como las desatadas por la violencia policial en Ferguson, Missouri en 2014 tras la muerte del joven negro Michael Brown o en 1992 por la golpiza de Rodney King en Los Ángeles.
Compara esta movilización con las manifestaciones por los derechos civiles de los años ’60, sobre todo la marcha en Washington DC del 28 de agosto de 1963, donde muchos blancos protestaron junto al reverendo Martin Luther King.