Un eventual fracaso pende como la espada de Damocles sobre la UE. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, les advirtió que la situación del mercado laboral empeorará.
Los 27 mandatarios de la Unión Europea (UE) acordaron este viernes reunirse de nuevo en julio para tratar de superar sus diferencias sobre su multimillonario plan que busca salir de la profunda recesión causada por la pandemia, entre llamados a actuar rápidamente.
“Hay un consenso emergente, que es muy positivo, pero al mismo tiempo no subestimamos las dificultades”, aseguró en rueda de prensa el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, al término de cinco horas de cumbre telemática.
Cuando la COVID-19, que dejó más de 190.000 muertos en Europa, parece remitir, la intención de Michel es convocar a los mandatarios a una reunión presencial en Bruselas a mediados de julio para intentar facilitar un acuerdo.
Un eventual fracaso pende como la espada de Damocles sobre la UE. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, les advirtió que la situación del mercado laboral empeorará, según su entorno.
“Cuanto más rápido se acuerde el paquete, mejor para la economía de la UE”, agregó Lagarde. Las últimas previsiones de la Comisión Europea prevén una contracción del 7,4% del PIB de la UE en 2020 por la crisis del nuevo coronavirus.
El camino está lleno de escollos. La base de discusión es el plan de la Comisión de tomar prestado en los mercados 750.000 millones de euros (844.000 millones de dólares) en nombre de la UE para financiar la recuperación.
Estos fondos se repartirían entre los países mediante subvenciones (medio billón de euros) y préstamos (250.000 millones). La UE en su conjunto se encargaría de devolver el dinero de las primeras ayudas y no el país beneficiado.
“Nadie cuestiona que la Comisión Europea emita deuda”, aseguró la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país asumirá la presidencia pro témpore de la UE en julio. “Los puentes que debemos aún construir son grandes”, apuntó.
Los detalles del plan enfrentan a los 27: su tamaño final, el equilibrio entre préstamos y subvenciones no reembolsables, los criterios para calcular las subvenciones y las condiciones para acordarlas, resumió Michel.
Según los primeros cálculos avanzados por fuentes comunitarias, Italia y España, muy golpeados humana y económicamente por el nuevo coronavirus, serían los principales países beneficiados, seguidos de Polonia y Francia.
Las miradas están puestas en particular en Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca, los cuatros países apodados “frugales” y adeptos del rigor fiscal, que se muestran reticentes con el plan por su volumen de subvenciones.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, puso en duda la posibilidad de alcanzar un acuerdo en julio. “Es dudoso si estará acordado para esas fechas o si necesitaremos más sesiones” en el verano boreal o incluso “más tarde”, aseguró.
Su homólogo austríaco, Sebastian Kurz, advirtió por su parte contra volver permanente la deuda y, en su opinión, la ayuda a los países que lo reclamen debe ser “puntual” y “limitada en el tiempo”, según la agencia APA.
Para devolver el principal de la deuda durante 30 años a partir de 2028, Bruselas propone crear nuevos impuestos como el digital, a las grandes empresas o al carbono en frontera para importaciones contaminantes, entre otros.
– “Lo antes posible” –
La discusión del fondo de recuperación se suma a la ya compleja discusión sobre el futuro presupuesto común de la UE para el período 2021-2027, al que estará vinculado, y que a fines de febrero se saldó en un fracaso.
Los “frugales” abogan de nuevo por limitar el volumen del Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027, que la Comisión Europea propone ahora que se eleve a 1,1 billones de euros (1,24 billones de dólares) para todo el período.
“Tendrá que haber grandes mejoras antes de que el presupuesto y el fondo de estímulo sean lo suficientemente buenos”, advirtió en rueda de prensa el primer ministro sueco, Stefan Löfven, para quien las posiciones están aún “alejadas”.
La titular de la Comisión, Ursula von der Leyen, defendió que su plan de recuperación ‘Próxima Generación’ aboga por una salida basada en la transición ecológica y digital, como reclaman en prioridad los “frugales”.
Los países del Sur y del Este, agrupados en los Amigos de la Cohesión, defienden no dejar de lado en el MFP las políticas tradicionales agrícola y de cohesión, que representan más de la mitad del actual presupuesto.
Tras la primera discusión de este viernes, en la que no se esperaba ningún acuerdo, el jefe del Consejo Europeo prometió que presentará propuestas concretas próximamente. “Es esencial tomar una decisión lo antes posible”, aseguró.
Un eventual acuerdo global sobre el MFP con nuevos recursos propios y el fondo de recuperación deberá ser validado tanto por la Eurocámara como por los parlamentos nacionales, de cara a su entrada en vigor en 2021.