La Iglesia Católica resaltó que en este día, con profundo sabor marinero, muchos hombres y mujeres vuelven a vestir el escapulario del Carmen.
Este 16 de julio el Arzobispo de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, dedicó especial agradecimiento al Señor que nunca nos abandona, y gran parte de su homilía fue para explicar el significado del escapulario que es —como dijo- nuestra marca de pertenencia a la Virgen, en la advocación de Nuestra Señora del Carmen.
“El Señor no rechaza a su pueblo”, afirmó para inmediatamente elevar una confiada oración al Dios: “Señor, yo sé que tú nunca me abandonarás ni me dejarás sin tu protección y tu ayuda, porque tú eres un Dios que protege, apoya y sana”.
El Arzobispo invitó a que hoy podamos seguir repasando la acción de Dios en nuestras vidas y desde allí sigas experimentando que Dios nunca nos ha abandonado. “Hoy di convencido y sin miedo”, indicó.
Señaló que desde esta realidad es que podemos entender también que el escapulario de Nuestra Señora del Carmen es una dádiva de la protección y del maternal cariño de la Reina del Cielo hacia los hombres.
“Hoy pedimos a Dios con toda el alma, a la Virgen una señal de protección para cada uno de nosotros de su Iglesia. y seguro la Virgen del Carmen nos responde con su escapulario. con una promesa de salvación”. expresó.
Agregó, “no es una salvación solamente después de la muerte; es una salvación que nos reclama el trabajo también aquí en las cosas temporales, que ya comienza en esta tierra, en la historia. y la renovación interior, en nuestro propio corazón”.
Luego, Monseñor Ulloa dedicó una explicación catequética sobre el escapulario carmelita, y de manera comparativa indicó que ,así como los seres humanos se comunican por símbolos, a través de banderas, escudos y también uniformes que nos identifican, también las comunidades religiosas llevan su hábito como signo de su consagración a Dios.
“Los laicos no pueden llevar hábito, pero los que desean asociarse a los religiosos en su búsqueda de la santidad pueden usar signos y entre ellos está el escapulario, que es como un hábito en miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella”, afirmó.
Explicó que el escapulario es un sacramental, un objeto religioso que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción.
El escapulario nos identifica como pertenecientes a Maria, una marca que nos distingue como sus hijos escogidos, por lo tanto, se convierte en el símbolo de nuestra consagración a la Virgen.