El exmandatario es procesado junto a otros diez militares y seis civiles.
El expresidente Omar al Bashir comparece el martes ante la justicia de Sudán con una posible pena de muerte pendiendo sobre su cabeza por el golpe de Estado de 1989 contra el gobierno elegido democráticamente del primer ministro Sadek al Mahdi.
El juicio no tiene antecedentes en el mundo árabe, dado que en la historia reciente nunca ha sido juzgado el autor de un golpe de Estado exitoso.
El libio Muamar Gadafi, que derrocó a la monarquía en 1969, fue asesinado en agosto de 2011, mientras que el iraquí Sadam Husein y el egipcio Hosni Mubarak fueron juzgados por otras causas. Por su parte, el ex presidente tunecino, Zine al Abidin Ben Ali, huyó a Arabia Saudita en 2011.
Bashir es procesado junto a otros diez militares y seis civiles, entre los cuales están sus ex vicepresidentes, Alí Osman Taha y el general Bakri Hasan Saleh.
Tras la instrucción por parte de la fiscalía, serán juzgado por tres magistrados de un tribunal especial.
“Omar al Bashir y Bakri Hasan Saleh se negaron por completo a cooperar en la investigación, no obstante estarán presentes en el tribunal”, señaló a la AFP Moaz Hadra, uno de los abogados que promovió el juicio al dictador derrocado.
El 30 de junio de 1989, de madrugada, la radio anunció el golpe de Estado en Sudán. El ejército cerró el aeropuerto, detuvo a los principales líderes políticos e inhabilitó a las instituciones, en particular al Parlamento.
El coronel Bashir, ascendido a general, se mantuvo 30 años en el poder. Derrocado el 11 de abril de 2019 tras un movimiento de protesta popular que duró cuatro meses, fue encarcelado.
Su juicio y el de 16 otros acusados tiene lugar en momentos en que el gobierno de transición posrevolucionario sudanés ha emprendido una serie de reformas con el objetivo de integrarse plenamente a la comunidad internacional.
Sudán también se ha comprometido a entregar a Bashir a la Corte Penal Internacional (CPI) para que sea juzgado por crímenes de guerra y genocidio en en el conflicto de Darfour (2003-2004), que tuvo un saldo de 300.000 muertos y millones de desplazados.
El país ha sufrido tres golpes de Estado desde su independencia, en 1956: el del general Ibrahim Abbud (1959-1964), después otro en mayo de 1969 liderado por el coronel Gaafar Mohamad Nimeiri, quien se mantuvo en el poder hasta 1985, y finalmente el de Bashir.
“Este juicio es una advertencia para quien intente destruir el sistema constitucional (…). Esto garantizará la democracia sudanesa. Esperamos poner fin a la era de los golpes en Sudán”, subrayó Hadra.
– “Juicio político” –
“Es la primera vez que alguien que cometió un golpe de Estado enfrenta a la justicia. Tenemos pruebas muy sólidas y las presentaremos ante la corte”, afirmó.
Los acusados contarán con 150 abogados para su defensa. “Para nosotros es un juicio político que se esconde tras lo legal. En un entorno judicial hostil..”, dijo Hashem al Galiun, abogado de la defensa.
Para éste, el juicio no debería existir puesto que los hechos ocurrieron hace más de 10 años. Además, destacó el historial político de Bashir, quien en 2005 firmó un acuerdo de paz con los rebeldes del sur, avalado por la ONU, la Liga Árabe, la Unión Europea y la Unión Africana.
El ex general de policía Salah Mattar, que era jefe de seguridad interna en 1989, destacó que el proceso constituye un “alivio”.
“Meses ante del golpe observé movimientos del Frente Nacional Islámico e informé al ministro del Interior, que lo ignoró. Luego fui destituido junto a otros altos oficiales”, explicó.
Pero, el gran ausente del juicio será el cerebro del golpe y mentor de Bashir, el islamista Hasan Turabi, fallecido en 2016.