El año pasado, el Reino Unido exportó a China bienes y servicios por 38.700 millones de dólares.
China amenazó al Reino Unido con “consecuencias” si Londres impone sanciones a Pekín debido a la legislación sobre la antigua colonia británica de Hong Kong.
Ambos países ya están bajo tensión desde la decisión del gobierno de Boris Johnson de frenar la participación de la empresa china Huawei en la red británica de 5G.
“Pekín no tendrá otra opción que atacar a empresas británicas como HSBC y Jaguar Land Rover”, advierte el martes el diario chino Global Times.
Estos son algunos posibles objetivos de Pekín:
– Intercambios comerciales –
China podría cerrar sus fronteras a los productos británicos como lo hizo con el salmón noruego para castigar a Oslo por haber concedido el Premio Nobel de la Paz al disidente chino Liu Xiaobo.
El año pasado, el Reino Unido exportó a China bienes y servicios por 38.700 millones de dólares, una cifra sin precedentes y en constante aumento desde hace cuatro años, según la Oficina de Estadística del Reino Unido (ONS).
China es el tercer cliente del Reino Unido, después de la Unión Europea y Estados Unidos. La balanza comercial con Pekín tuvo en 2019 un déficit de 23.000 millones de dólares.
– Oro contra telefonía –
El oro (destinado principalmente para nanotecnologías), productos petroleros, vehículos y productos farmacéuticos fueron los bienes británicos más comprados por China el año pasado.
Estos cuatro sectores representaron 66% de las exportaciones del Reino Unido, según el Servicio de Impuestos y Aduanas del Reino Unido (HMRC).
En el sector de los servicios, las actividades contables, jurídicas y de asesoramiento, así como el turismo y el transporte, fueron las más demandadas por China en 2018.
Estas actividades reportaron al Reino Unido unos 3.500 millones de dólares.
En 2019, el gigante asiático vendió al Reino Unido principalmente equipos de telecomunicaciones (alrededor del 16% de las compras británicas, incluyendo los famosos equipos de Huawei para la 5G), productos manufacturados, incluidos juguetes y suministros de oficina.
– Empresas en el punto de mira –
Algunos grandes grupos dependen mucho del mercado chino. Es el caso del farmacéutico Astrazeneca, que realiza 20% de su volumen de negocios en China, su segundo mercado después de Estados Unidos.
El gigante asiático representa alrededor del 20% de las ventas de las emblemáticas marcas de automóviles Jaguar y Land Rover, propiedad del indio Tata.
El banco Standard Chartered, que planea invertir 40 millones de dólares a lo largo de 3 años en China, ha realizado el año pasado alrededor de 40% de su volumen de negocios en el país y la región del norte de Asia.
Su competidoro HSBC, históricamente muy ligado con China -y que emplea a 30.000 personas en Hong Kong-, ha apoyado públicamente la controvertida Ley de Seguridad nacional en la antigua colonia británica.
– Educación y turismo –
Antes de la pandemia del nuevo coronavirus, unos 120.000 chinos estudiaban en el Reino Unido, lo que representó una importante fuente de ingresos para las universidades británicas.
Además 880.000 chinos visitaron el Reino Unido en 2019, según la Oficina de Turismo del Reino Unido, Visitbritain.
Ya en el pasado, y en un contexto de crecientes tensiones con Australia, China invitó a sus turistas y estudiantes a evitar ese destino, argumentando un recrudecimiento de incidentes “racistas”.
– Nuclear –
El Reino Unido dispone de un arma de negociación importante con la posible aprobación concedida al chino CGN para la construcción de una central nuclear, pero que ya suscita la ira de varios políticos británicos hostiles a Pekín.
“El sector nuclear parece destinado a convertirse en el próximo punto de fricción entre el Reino Unido y China”, estima el diario económico Financial Times.