Las especies carnívoras necesitan un “espacio vital” mucho más grande, a veces de hasta más de 100 km2.
La protección del oso panda, símbolo de las especies amenazadas, no ha logrado impedir el declive de grandes mamíferos que comparten su hábitat, como el leopardo, según un estudio publicado el lunes.
Gracias a los esfuerzos de conservación emprendidos por China, como la plantación de bosques de bambú que le ofrecen alimento y hábitat, el panda gigante salió en 2016 de la lista de especies “en peligro” de desaparecer que elabora la Unión para la Conservación de la Naturaleza (UICN), pese a que sigue siendo “vulnerable”.
El plantígrado emblemático está considerado como una especie de “paraguas”: su protección supone la de otros animales y plantas, que no movilizan tanto la atención del público.
Pero el paraguas no es eficaz para los grandes carnívoros que viven en el mismo hábitat que el panda, según el estudio publicado en la revista Nature Ecology and Evolution.
Así, el leopardo, el leopardo de las nieves, el lobo y el dhole (también conocido como el “perro salvaje de Asia”) prácticamente han desaparecido de la mayoría de las zonas protegidas dedicadas a los pandas desde los años 1960, estiman los autores, que se han basado en las fotos tomadas entre 2008 y 2018 por cerca de 8.000 cámaras de detección de movimientos situadas en las regiones montañosas del centro de China.
El leopardo ha perdido el 81% de su espacio, el leopardo de las nieves el 38%, el lobo el 77% y el dhole el 95%.
¿Por qué las reservas creadas para los pandas no han logrado proteger también a los cuatro grandes carnívoros?
Estos últimos necesitan un “espacio vital” mucho más grande, a veces de hasta más de 100 km2, mientras que los pandas requieren ocho veces menos. La fragmentación de las zonas protegidas en decenas de reservas no los beneficia, explican los investigadores.
Los cuatro grandes carnívoros son también víctimas de la caza ilegal.
Pese a todo, “no lograr salvar los grandes carnívoros no impide que el panda sea una especie paraguas eficaz para numerosas especies”, (ungulados, pequeños carnívoros, faisanes, pájaros cantores) que no necesitan un gran espacio vital, explicó a la AFP Sheng Li, de la Universidad de Pekín.
No obstante, esto sirve para las políticas de conservación, estima.
“Nuestros resultados exigen pasar de una estrategia de conservación basada en una especie única a una visión holística de la gestión de los ecosistemas, en China pero también en otras regiones”, dice el científico.
Los autores del estudio esperan que el proyecto del Parque Nacional del Panda Gigante, que cubriría numerosas reservas separadas existentes, pueda desempeñar este papel.
“Aunque lleve el nombre de una sola especie, el objetivo de este parque nacional es proteger la totalidad de los ecosistemas”, comenta Sheng Li.