“Juntos podemos sacar a nuestro país adelante, juntos podemos reescribir una historia en la que la dignidad humana y el bien común, estén en el centro del Proyecto Nacional”, recalcó la Iglesia Católica.
Con la firma de la Carta de Entendimiento entre el Ministerio de Salud y las Comunidades de Fe en Panamá, “estamos marcando un hito en la historia nacional”, donde cada comunidad de fe invoca al Dios de la Vida, para que juntos construyamos la Patria terrena, nuestro Panamá, afirmó el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta.
En la conferencia de prensa donde las autoridades de salud presentan los datos sobre la situación del Covid 19, participaron los líderes religiosos: el Presidente del Comité Ecuménico de Panamá, Obispo Julio Murray; el rabino Gustavo Kraselnik del Comité Interreligioso de Panamá; el Presidente de la Alianza Evangélica de Panamá, el Pastor Leovaldo Zurita, y el arzobispo metropolitano y Presidente del Consejo de Pastoral Social-Cáritas de la Conferencia Episcopal Panameña, José Domingo Ulloa Mendieta.
“Juntos podemos sacar a nuestro país adelante, juntos podemos reescribir una historia en la que la dignidad humana y el bien común, estén en el centro del Proyecto Nacional.
En este sentido, las comunidades de fe nos colocamos al servicio de la comprensión y la amistad entre los panameños y las panameñas, aportando una visión y unos principios que orienten, sostengan y alimenten la vida de sus fieles, con respeto a las creencias que cada individuo pueda tener, incluyendo a quienes no quieren creer”, señaló el arzobispo Ulloa, al referirse a este acto realizado hoy 4 de agosto.
También recalcó que: “Las comunidades de fe somos distintas, pero no distantes. Todos los aquí presentes creemos en el Amor, en la civilización del Amor. Y estamos convencidos que esta civilización del amor se construye cotidianamente, ininterrumpidamente. Supone el esfuerzo comprometido de todos. Supone, por eso, una comprometida comunidad de hermanos. No tengamos miedo a vivir la alternativa de la civilización del amor, que es una civilización de la esperanza: contra la angustia y el miedo, la tristeza y el desaliento, la pasividad y el cansancio”.
Para monseñor Ulloa “llegó la hora de renunciar todos a mi “yo”, y apostar por el “nosotros”; llegó la hora de la solidaridad, del compromiso de todos por cada uno, porque el desafío que enfrentamos nos une a todos y no hace acepción de personas… Este no es el tiempo del olvido”.
Por ello, insistió en que “busquemos que la pandemia nos dé impulso para construir puentes de amistad y fraternidad, respetando la forma de creer de cada uno, para construir un Panamá que vuelva a su esencialidad, un pueblo noble donde renace el amor, la esperanza, el respeto a la dignidad humana y al bien común”.
“No pretendemos suplantar a la ciencia. Zapatero a tu zapato. Pero estamos convencidos de que en –estos tiempos de incertidumbre– ciencia y fe son dos caras de una misma luminaria que nos ayudarán a ver el camino. Dediquémonos todos a sanar el cuerpo, la mente y el espíritu de quienes habitamos esta tierra hermosa. Sin egoísmos, sin banderías, sin zancadillas”, advirtió monseñor Ulloa.
Finalmente, apuntó que “todos creyentes, queremos dar gracias a Dios, por esta nueva oportunidad de hacer patria, de estar y sentirnos juntos, todos los panameños y quienes servimos desde la fe a este país maravilloso; gracias por tener las fuerzas y el compromiso para remar en la misma dirección, tanto la sociedad civil, como el gobierno, y las comunidades de fe”.