España, lidera en Europa occidental en número de infectados con casi 343.000 y alcanzó una media de 111 casos por 100.000 habitantes en los últimos catorce días.
Cierre de discotecas, restricciones a fumar en las calles, un llamado de atención a los jóvenes: España multiplicó este viernes las medidas para intentar contener el repunte alarmante de los contagios del nuevo coronavirus.
Ante la escalada de casos, 3.000 nuevas infecciones en 24 horas registradas tanto el jueves como el viernes, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, presentó una serie de medidas consensuadas con las regiones del país, competentes en materia de salud.
Desde que en julio aumentaran los contagios, cada región había tomado medidas, como confinamientos selectivos o la obligatoriedad de llevar mascarilla en el exterior, algo ya vigente en toda España, pero ahora las decisiones competen al país en su conjunto.
Con centenares de brotes en todo el país, España, que lidera en Europa occidental en número de infectados con casi 343.000, alcanzó una media de 111 casos por 100.000 habitantes en los últimos catorce días, frente a los 33,6 en Francia y 17 en Reino Unido.
Frente a esta situación, se cerrarán las discotecas y otros locales de ocio nocturno, mientras que los restaurantes y bares cerrarán a la 01H00 de la madrugada, según detalló el ministro Illa, sin especificar cuándo entrará en vigor el paquete de medidas.
No se podrá fumar en la calle, salvo que se pueda mantener una distancia de seguridad de dos metros, una decisión ya en vigor en Galicia y Canarias.
– Ser “disciplinados” –
Recordando la prohibición de los “botellones”, reuniones de jóvenes para beber alcohol al aire libre, Illa hizo un llamado específico a los jóvenes a ser “disciplinados”.
“No podemos no cumplir las medidas que hemos decretado entre todos”, remarcó Illa. Varias regiones lanzaron campañas de concienciación para jóvenes, algunas de ellas usando crudas imágenes de personas en unidades de cuidados intensivos o fallecidas.
En las residencias para ancianos, que durante la primera ola se vieron fuertemente golpeadas con miles de decesos, las visitas serán limitadas y los nuevos residentes deberán pasar un test de covid-19 para su admisión.
Por último, las regiones podrán efectuar campañas de test en los grupos de población de riesgo y en los vecindarios y aglomeraciones particularmente afectados por la epidemia.
– “Es excesivo” –
Las nuevas medidas sentaron mal sobre todo en el sector del ocio nocturno y la hostelería, muy resentido por la pandemia.
“Uno se contagia lo mismo a la una de la tarde que a las 12 de la noche. Lo que están haciendo es cortar el beneficio de las empresas que tienen que salir de la crisis. Para mi gusto no es buena” la decisión, indicó a la AFP José Ramón Fernández, un camarero de 46 años en un restaurante en el centro de Madrid.
“Es excesivo, además no hay acuerdo en Europa”, dijo Julien García, un fumador franco-español de 34 años. “En Francia, dicen que fumar cigarrillos no transmite el covid-19. Uno se pierde”.
El paquete de medidas fue anunciado un día después de que los colegios médicos de España alertaran de la “decepción e indignación” del personal de la salud ante “la falta de un liderazgo común en la respuesta” a la pandemia, al tiempo que pidieron una mejor coordinación entre las regiones y el Estado.
El gobierno central ejerció un mando único contra la pandemia gracias a un estado de alarma entre mediados de marzo y el 21 de junio, un régimen de excepción que permitió imponer a los españoles uno de los confinamientos más rígidos del mundo, gracias al cual se controló la primera ola de la epidemia.
Pero una vez finalizado el estado de alarma, las regiones volvieron a ser autónomas en salud, y el gobierno del presidente Pedro Sánchez ha descartado de momento otro estado de excepción.
Las autoridades sanitarias de todas maneras han subrayado que la situación actual no es similar a la que hubo en el pico de la primera ola, cuando se llegaron a registrar 950 muertes diarias y algunos hospitales colapsaron.
Actualmente, afirman, más de la mitad de los nuevos casos son asintomáticos y la letalidad ha bajado: desde que finalizó el confinamiento el 21 de junio, se han contabilizado 294 decesos del total de 28.617 desde que empezó la pandemia.