Con banderas sudanesas y pancartas, en las que reclamaban principalmente justicia y paz, los manifestantes marcharon al ritmo de tambores hasta la sede del gobierno, en el centro de la capital.
Unas 3,000 personas manifestaron el lunes en Jartum para mostrar su decepción un año después de la firma del acuerdo de transición entre el ejército sudanés y el movimiento de protesta tras la caída del presidente Omar al Bashir.
Convocados por el “Comité de Lucha de Residentes”, uno de los grupos que en 2019 lideró la protesta contra Bashir, la mayoría de los participantes mostraron su frustración ante la lentitud para cumplir los objetivos de este periodo de transición, un año después de la firma del acuerdo.
“Estoy aquí para protestar pues queremos ver que se cumplen los objetivos de nuestra revolución”, afirmó a la AFP Sawsan Mohammad, una empleada de 22 años.
El Consejo Militar al frente de Sudán, instaurado tras la caída de Bashir, y los líderes de la protesta firmaron el 17 de agosto de 2019 una “declaración constitucional” como colofón a un acuerdo histórico para un traspaso progresivo del poder a los civiles, tras meses de manifestaciones inéditas.
El texto prevé elecciones en 2022 para sustituir a un Consejo Legislativo, que aún no se ha instaurado, así como la conclusión de negociaciones de paz con los movimientos rebeldes en el oeste y en el sur del país y el enderezamiento de la debilitada economía.
Al final de la concentración se produjeron enfrentamientos cuando un consejero del primer ministro, Abdallah Hamdok, fue a recuperar una carta redactada por los manifestantes, que reclamaban que el jefe del gobierno se presentase él mismo.
La policía lanzó granadas lacrimógenas mientras que manifestantes, en su mayoría jóvenes, quemaron neumáticos antes de dispersarse, constató un periodista de la AFP.
Los manifestantes también reclamaron que se haga justicia para los cerca de 250 muertos –según un comité de médicos– de la movilización de 2019.