Estados Unidos pidió el miércoles a Irak que desmantele todos los “grupos armados” en su territorio, en vísperas de una reunión entre el primer ministro iraquí Moustafa al-Kazimi y Donald Trump en la Casa Blanca.
“Los grupos armados, que no están bajo el control total del primer ministro, han obstaculizado nuestro progreso”, dijo el secretario de Estado Mike Pompeo, en una conferencia de prensa con su homólogo iraquí Fouad Hussein, en Washington.
“Estos grupos deben ser reemplazados por la policía local lo antes posible. Le aseguré al Dr. Fouad que podríamos ayudar y que ayudaríamos”, agregó.
Pompeo no nombró a las facciones iraquíes pro-Irán, pero la visita del primer ministro iraquí a Estados Unidos se produce en el contexto de los ataques que se han vuelto frecuentes de estos grupos contra intereses estadounidenses en Irak.
Este es actualmente el principal desafío para Mustafa al-Kazimi, designado en mayo en el país donde Teherán y Washington, enemigos explícitos, compiten por la influencia.
“Discutimos cómo Estados Unidos e Irak pueden trabajar juntos para hacer que Irak sea más seguro y más estable”, dijo Mike Pompeo.
El secretario prometió “apoyar a las fuerzas de seguridad iraquíes” para “disminuir el poder de las milicias que han aterrorizado al pueblo iraquí durante demasiado tiempo y socavado la soberanía nacional de Irak”.
Los dos países continuaron en Washington su “diálogo estratégico”, iniciado en junio cuando la administración Trump anunció que “reduciría” su presencia militar en Irak en los meses siguientes.
Pompeo se negó a dar fechas y pidió “no centrarse” en “los números”.
Pero el destino de unos 5.000 soldados estadounidenses desplegados en Irak desde la guerra antijihadista debería discutirse el jueves en la Casa Blanca.
El Hachd al Shaabi, una coalición de paramilitares integrados en el estado iraquí y aliados con Irán, exige en el Parlamento la expulsión de las tropas estadounidenses ya que ese ejército mató en enero en un ataque en Bagdad al poderoso general iraníQassem Soleimani.