“El uso de tapabocas es obligatorio en lugares cerrados”, precisó el decreto firmado por el presidente Mario Abdo.
La capital de Paraguay, Asunción, y su área metropolitana, de unos 2.000.000 de habitantes, están desde este domingo sometidas a una “cuarentena social” con la cual el gobierno busca aplanar la curva de contagios de covid-19.
La medida se extenderá hasta el 6 de setiembre y establece el libre desplazamiento de gente entre las 05H00 (08H00 GMT) y las 20H00 (23H00 GMT). Fuera de ese horario, la Policía solo permitirá la circulación de trabajadores con constancia laboral, salvo casos de urgencia.
Entre otras disposiciones, la normativa limita la actividad física en espacios libres a ejercicios individuales. “Los niños podrán salir solo para este fin y acompañados de un adulto evitando la interacción con menores fuera de su núcleo familiar inmediato”, dispuso el gobierno.
Las actividades culturales se podrán realizar sin presencia de público y los oficios religiosos con asistencia de no más de 20 personas ubicadas cada 15 metros cuadrados.
En la administración pública, se autoriza el 50% de la plantilla de funcionarios en los lugares de trabajo.
El decreto establece que las bebidas se podrán comercializar hasta las 20H00, con excepción de los restaurantes.
El aumento de contagios y muertes por coronavirus aumentaron a cifras preocupantes desde comienzos de agosto. Paraguay registra 13.000 casos y 192 fallecimientos por la pandemia desde que se conoció el primer caso el 7 de marzo.
La disparada en los casos ya había llevado al gobierno a decretar hace tres semanas las mismas restricciones en Ciudad del Este y su área metropolitana, limítrofe con Foz de Iguazú (Brasil) y Puerto Iguazú (Argentina), y unos 330 km al oriente de la capital.
“El contagio seguirá en aumento pero esperamos que ese crecimiento no sea extremadamente alto”, dijo el director de Vigilancia Sanitaria, Guillermo Sequera, en conferencia de prensa.
El viernes Abdo admitió que el nuevo decreto podría tener un impacto económico: “La economía siempre se puede recuperar pero la vida de inocentes no la vamos a recuperar. Eso nos obliga a tomar decisiones difíciles”, expresó.
El aumento de los decesos coincide con una ola de frío invernal con temperaturas bajas cercanas a cero grado.