Esto que vivimos no era necesario. El corona virus no es el responsable del trastorno en nuestras vidas, nuestro entorno o relaciones sociales.
Ese el producto de acciones que los gobernantes han tomado para detener la propagación de un virus y la delegación de las decisiones políticas a un grupo de médicos sin certeza de nada. Sin un diagnóstico claro, ni respuesta médica frente al contagio nos sometimos a la voluntad de hombres de ciencia que ven en la verdad una dinámica de cambio constante y sujeta a procesos de experimentación prolongada para garantizar certeza.
En el camino perdimos el sentido común, el menos común de todos los sentidos, en las restricciones impuestas. ¿Quieres controlar una población? ¡Inculcadle miedo! Temor prolongado y sin esperanza. Las posibilidades de que gobiernes como tirano o déspota se incrementan. Y además con la certeza de tener una población ávida a cumplir con tus decisiones sin importar cuales sean. Y este otro virus mucho más dañino y peligroso se propago con mucha más rapidez en el mundo.
Lo que los gobiernos han logrado (cada quien por su lado. Ante un problema global cada quien busco soluciones nacionales) es transformar la vida social y económica. No desaparecerá la globalización. El mundo seguirá comercializando. No acabarán con China. La dinámica asiática es la del nuevo centro del mundo. Cambiaran lo seres humanos en sus hábitos de consumo. Se abrirán nuevos caminos para los procesos tecnológicos. La interacción social muy necesaria para fortalecer nuestro sentido de humanidad se limitará a los espacios íntimos y familiares.
En todas estas dislocaciones sistémicas habrá ganadores y perdedores. La sanitización social (un mundo sin amenazas de gérmenes) una prioridad nacional y a la vez un instrumento político para instaurar miedo y control.
Las libertades humanas, así como la necesaria esfera privada distante de cualquier tipo de regulación estatal, una lucha constante y sin descanso. Existen cada vez mas fuerzas dispuestas a arrebatarnos nuestra libertad a través de medios tecnológicos (cookies, video vigilancia, algoritmos, drones, hackeo estatal legal o ilegal) en nombre de la protección ciudadana y la protección de nuestro modo de vida. Vemos todo tipo de amenazas internas o externas de individuos, grupos o países.
Faltaba el mecanismo disparador y el Covid-19 sirvió como instrumento para producir el cambio sistémico. Nos corresponde como ciudadanos decidir si enfrentamos el miedo con bondad. La desesperanza con la mano amiga. La cooperación y solidaridad frente al aislamiento y distanciamiento social. Somos nosotros los verdaderos agentes del cambio. Tenemos en nuestras manos la decisión del mundo y como lo queremos vivir.
Muy acertado, considero que es la forma mas clara de ver la nueva normalidad.
Me da gusto que la opinión crítica pueda ver más allá de la niebla y la maraña que se ha orquestado al rededor de esta Pandemia.
Hace muchos años, cuando era Yo un niño, visite su despacho como Director de la Policía Nacional, me alegra que siga aportando usted.