Enfrentada a un fuerte repunte de la pandemia, España se afana en terminar los deberes para la reapertura segura de las escuelas, un reto para los países europeos que apuestan por mascarillas o clases más reducidas.
Tras semanas de incertidumbre por la falta de directrices claras sobre cómo retomar la actividad lectiva, el gobierno español aprobó el jueves, a diez días de que los primeros niños vuelvan a clase, las medidas básicas de protección ante la disparidad de protocolos decididos por las 17 regiones del país.
La mascarilla será obligatoria para los mayores de seis años, se tomará la temperatura cada mañana, los niños deberán lavarse las manos cinco veces al día, las aulas se ventilarán frecuentemente y se deberá tratar de mantener una separación de 1,5 metros entre alumnos.
Pero muchos padres y profesores temen que las medidas sean insuficientes o lleguen demasiado tarde para aplicarse bien.
David Rodrigo, un informático de 41 años de Salamanca (oeste de España), ha decidido no llevar a sus hijos de siete y nueve años a la escuela cuando reabran en septiembre porque no quiere “arriesgar la vida de su familia”.
Aunque los menores suelen tener una afectación leve del virus, pueden infectar a familiares con quienes comparten hogar y que son “muy, muy vulnerables”, dice Rodrigo, portavoz de una agrupación de unas 60 familias de su zona que comparten sus miedos.
“Es una bomba de relojería” porque los niños “son niños” y respetarán las normas “los primeros diez minutos”.
Como el suyo hay varios grupos en España, con la incidencia del virus más alta de Europa, que piden al gobierno una educación telemática hasta que haya una vacuna o un tratamiento para el covid-19.
Pero el gobierno insiste en que los niños, que en su mayoría no acuden a la escuela desde mediados de marzo, deben ir a clase. “No existe el riesgo cero (…) pero la escuela es un lugar más seguro que otros ámbitos”, afirmó la ministra de Educación, Isabel Celáa.
Huelgas en España
En Italia, el primer foco del virus en Europa, los niños a partir de seis años deberán llevar mascarilla si no pueden mantener la distancia social, mientras que Grecia la hizo obligatoria para todos los alumnos.
Usar mascarilla en una pandemia es “tan obvio como usar el cinturón de seguridad en un coche o la necesidad de vacunar a tus niños”, dijo la ministra de Educación griega, Niki Kerameos.
Otros países redujeron la cantidad de niños por clase para facilitar el mantenimiento de distancias. Grecia no permitirá más de 17 alumnos, mientras que Serbia y Bosnia establecieron el límite en 15.
En España, la región de Madrid anunció la contratación de 11.000 profesores y aulas improvisadas en el patio de recreo para reducir la ratio de alumnos a 20 en educación primaria.
Mercedes Sardina, representante de los docentes en el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) en la ciudad madrileña de Fuenlabrada, duda que sea posible.
Es como preparar una boda en tres días cuando “no has hecho nada, ni siquiera has comprado el vestido”. “Los profesores tienen mucho miedo. Los alumnos y los padres también”, asegura.
Un sindicato de estudiantes convocó una huelga del 16 al 18 de septiembre denunciando la falta de financiación y la “improvisación” de la vuelta a clase. También los profesores de Madrid están llamados a la huelga.
Aunque tiene dudas de que se puedan reducir los alumnos por clase, Ana da Silva, una profesora de 42 años en Fuenlabrada, quiere volver a la educación presencial.
“Necesito ver a mis alumnos, necesito conectar con ellos”, afirma.
Clases de 20 minutos
Otras medidas implantadas es escalonar horarios o reducir el tiempo de clase a solo 20 minutos, por ejemplo, en algunas ciudades de Bosnia.
Italia compró 2,4 millones de escritorios individuales pero su entrega no se espera hasta octubre, con el curso ya empezado. Grecia dará a los alumnos de primaria botellas reutilizables para que no beban de las fuentes.
El médico jefe del Reino Unido trató de calmar los ánimos afirmando a la BBC que hay “menos transmisión de niños a adultos que entre adultos”.
Pero los países donde ya abrieron las escuelas sirven de ejemplo. En Alemania, las autoridades cerraron dos escuelas al norte del país por varios contagios de profesores y alumnos poco después de empezar el curso.