“No he tenido una sola queja”, dijo Trump a los funcionarios de FEMA.
El presidente estadounidense, Donald Trump, de visita en Luisiana, que fue castigada esta semana por el huracán Laura, se mostró este sábado satisfecho del trabajo realizado por las autoridades en el manejo de catástrofes, y felicitó también al gobernador demócrata del estado.
“No he tenido una sola queja”, dijo Trump a los funcionarios de FEMA, la agencia federal a cargo de las catástrofes, sobre el trabajo que han realizado.
Durante una breve conferencia de prensa en una estación de bomberos en Lake Charles, Trump dijo que FEMA repartió ya 2,6 millones de litros de agua y 1,4 millones de comidas entre los damnificados.
El presidente llevaba una gorra roja con la inscripción “USA” (EEUU), pero no llevaba mascarilla, tampoco durante la visita que realizó en esta localidad cerca del Golfo de México, donde funcionan varias refinerías de petróleo, recorriendo zonas dañadas por la reciente tormenta.
“Luisiana ha atravesado por mucho con el covid y con este par de otras cosas”, dijo Trump. “Han hecho un gran trabajo”, agregó el presidente, ante el gobernador demócrata del estado, John Bel Edwards.
El huracán de categoría 4 (en una escala de 5), con picos de vientos de 240 km/h, provocó al menos diez muertos en Luisiana y cuatro en la vecina Texas.
De esos 14 fallecidos, ocho murieron por intoxicación con monóxido de carbono emitido por generadores eléctricos portátiles que, ante los cortes generalizados de energía eléctrica, fueron encendidos en espacios cerrados.
En Luisiana aún permanece fresco el recuerdo del huracán Katrina, en agosto de 2005. Los diques que protegían Nueva Orleans sucumbieron entonces a la presión del agua, que inundó el 80% de la ciudad y causó unas 1.800 muertes.