En Llano Marín, los privados han aprendido a trabajar la tierra y se sienten motivos y agradecidos por el proyecto.
El Ministerio de Gobierno (Mingob), informó que la época de cosecha ha llegado al centro penitenciario de Llano Marín, ubicado en el distrito de Penonomé, provincia de Coclé.
El ente gubernamental destacó que la cosecha es el resultado de la siembra de los privados de libertad, hombres y mujeres en búsqueda de una nueva oportunidad.
“La cosecha de una parcela de maíz en el Centro Penitenciario de Llano Marín no solo representa la culminación de un trabajo, es la esperanza de un mejor mañana y el regreso a la sociedad. Los días pasan rápido, ellos ya aprendieron a trabajar la tierra y la naturaleza agradecida les ofrece su cultivo, como si la misma tierra extendiera sus manos para que los privados tengan un nuevo amanecer”, destacó el Mingob a través de un comunicado.
Según la nota de prensa, Rosa Vergara, una de las privadas de libertad se ha enriquecido de conocimiento en el agro, tras ser parte de este proyecto. La detenida ha aprendido a trabajar la tierra con máquinas agrícolas, técnicas de cultivo manual, así como la utilización de las herramientas tradicionales. “Me siento orgullosa de mi trabajo”, recalcó.
En tanto, que el privado de libertad, Nixon De Gracia, valora formar parte de este proyecto que cuenta con el respaldo de del Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos (Inadeh) y el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (Mida).
“Quiero hacer un proyecto en mi casa, tengo un terreno chico donde voy a sembrar maíz, trabajaré la parte avícola, producción de cerdos y poder echar más adelante, porque lo que he aprendido aquí quiero ponerlo en práctica cuando salga”, dice De Gracia.
Johana Ortega, directora del centro de Llano Marín, explicó que se han incrementado los programas de resocialización aprovechando los terrenos con los que cuenta el penal, haciendo un mapeo para organizar los proyectos de arroz, maíz, yuca y a futuro un estanque de tilapias, cumpliendo los objetivos en la rehabilitación de las personas privadas de libertad para que logren reinsertarse en la sociedad.
La siembra de maíz se realizó con la semilla Guararé por surco, un ancho de un metro y 50 centímetros entre plantas. Una parte de la producción será para la venta y otra para el consumo; mientras que 400 mazorcas se donarán a las Aldeas Infantiles S.O.S.