Me motiva este escrito un comunicado del Colegio de Periodistas de Panamá, publicado en medio de un incidente.
igualmente, para manifestar que nadie tiene la potestad para determinar cómo se ejerce el periodismo en Panamá ni en el mundo. Como tampoco para juzgar la forma o la metodología utilizada para exponer los hechos de la sociedad.
Por cuarenta años, la metodología utilizada por el diario más combativo de Panamá no ha logrado un ápice cambiar los comportamientos de los detentadores del poder en el manejo y desvío de los recursos públicos a fines personales. Desnudar a los hipócritas que utilizan la estructura gubernamental para regular comportamientos e incorporar a la población a denunciar los hechos en vivo y a todo color en redes alternas de comunicación masiva, tiene más de genialidad que crítica.
Aquí todo se ha trastocado patas arriba. Es cierto, los patrones esquemáticos se desvanecen. Más cobertura tienen los hechos denunciados en redes que las notas del periodismo escrito tradicional. La televisión ha sido superada. Hoy todo ciudadano es periodista digital. Transpolar periodismo con redes sociales, ciudadanos reporteros y camarógrafos amateurs le estremece los cimientos al status quo.
Tomen nota medios escritos y televisivos: Empiecen a cavar sus tumbas. En materia noticiosa son marginales. A los detentadores del poder: Todo el dinero que invierten en los medios tradicionales no les producirá un ápice. Si pretenden malear los comportamientos y los resultados periodísticos a su favor, sigan botando su plata o los recursos públicos, patrocinando periodistas y medios tradicionales.
No entro a profundizar en las razones últimas o los intereses que financian estos nuevos modelos de periodismo. Pero, fuera de su forma impertinente y disruptiva nada de lo hasta ahora denunciado ha sido injustificado, inventado. Desnuda a quienes debe desnudar en el mero acto. Con pruebas escritas o fotos o videos. ¿Quiénes odian este periodismo impertinente? Nada más y nada menos a quienes hay que reeducar en lo que significa la función política.
El periodismo escrito en Panamá está moribundo. La televisión solo puede ganar audiencia con periodismo comunitario de denuncias y protestas por servicios públicos o temas de seguridad ciudadana. El supuesto Cuarto Poder en Panamá es una ilusión. Hoy la valentía para denunciar se ha trasladado a otros lares. Qué tan exitosos serán estos nuevos revolucionarios en cambiar conductas, está por verse. Lo cierto es que el periodismo se encuentra en medio de dos placas tectónicas que se sobreponen.
La falla del sistema político y sus consecuencias, provocan el desencanto, la desilusión y frustración ciudadana. ¿Qué es lo que nos depara el futuro? No tengo la bola de cristal para predecirlo, pero ya lo veremos, ya lo veremos.
Totalmente de acuerdo
Más claro no pudo expresarlo.