En Panamá, de acuerdo a la Primera Encuesta Nacional de Discapacidad, PENDIS, hay más de 370 mil personas con discapacidad.
La población con discapacidad es una de las más vulnerables a nivel global y, por consiguiente, durante esta pandemia del covid-19 se ha visto mayormente afectada. En Panamá su realidad tampoco es distinta, porque sus pocos ingresos económicos y calidad de vida se han reducido.
Si bien un porcentaje de la población con discapacidad recibe subsidio por parte del Estado, hay otro segmento que apuesta por crear sus propios ingresos, mediante el denominado programa de las Fami- empresas, impulsado por la Secretaría Nacional de Discapacidad (SENADIS).
De acuerdo al director nacional de Equiparación de Oportunidades, Jorge Villalba, en los últimos seis meses del año 2020 se han consolidado 83 Fami-empresas, las cuales representan utilidades para igual número de beneficiarios que se esfuerzan por sacar adelante estos emprendimientos.
Señaló que para el inicio de los proyectos microempresariales cada familia recibe un capital semilla de, hasta, 700.00 balboas. Desde el 2015 el programa ha logrado impactar a unas 5,900 personas, de las cuales 2,641 son mujeres y 3,259 hombres.
Villalba destacó que otorgar el beneficio conlleva cumplir con algunos criterios técnicos, entre estos que las familias cuenten entre sus miembros con alguna persona con discapacidad; que se encuentren en situación de pobreza o pobreza extrema y, además, haber realizado una capacitación de, al menos, 40 horas. Agregó que al programa podrán acceder las personas con cualquier discapacidad.
Durante estas jornadas los emprendedores trabajan en el desarrollo del perfil del proyecto que desean potenciar, al finalizarlo deben entregar las cotizaciones de los insumos que plasmaron en estos. Técnicos del MIDA, la AMPYME y la SENADIS imparten el adiestramiento, con la finalidad de orientarlos en el desarrollo de sus emprendimientos.
El director Villalba dijo que durante la instrucción se les guía, capacita e impulsa a la creación de pequeñas empresas familiares en las áreas agropecuarias, comerciales y de servicio. Puntualizó en que las Fami- empresas favorecen a las personas con discapacidad y sus familias que viven en áreas rurales, urbano marginales y de difícil acceso, con el propósito de lograr su inserción en el sistema productivo del país, el mejoramiento de la calidad de vida y el fortalecimiento familiar.
Mencionó que la semana pasada, de acuerdo a la época en que vivimos, 40 personas de las provincias de Panamá y Colón, participaron en una capacitación virtual y que, próximamente, recibirán su capital semilla para que comiencen sus proyectos.
Villalba resaltó que con este proyecto se busca impactar positivamente al emprendedor y a su grupo familiar. Que el norte de la SENADIS, reiterado por la directora general de la institución, Donahy Raquel Shaud, es lograr el fortalecimiento de las familias en donde haya miembros con discapacidad, a través de programas de este tipo y que, en medio de la pandemia, se ha podido dar respuesta a esta población.
Agregó que, una vez se normalice la situación en el país, volverán a los entrenamientos presenciales y así apoyar a las familias con algún miembro con discapacidad de diferentes regiones del país, incluyendo las comarcas indígenas.
El director nacional de Equiparación de Oportunidades de la SENADIS mencionó que, en épocas fuera de la pandemia, el programa ha podido respaldar a entre 220 y 250 personas, anualmente.
La Ley 42 de Equiparación de Oportunidades establece en su Artículo 13, que “cuando la familia carezca de recursos para atender las necesidades y derechos de algún miembro que presente discapacidad, corresponde al Estado, mediante los organismos pertinentes, proporcionar subsidios a quienes, por la naturaleza de la discapacidad, estén inhabilitados para ejercer tareas de carácter remunerativo”, por ende, SENADIS, dando respuesta a la Ley y a la demanda social, desarrolla el Proyecto Fami-Empresas.
En Panamá, de acuerdo a la Primera Encuesta Nacional de Discapacidad, PENDIS, hay más de 370 mil personas con discapacidad.