El presidente tuvo fiebre, tos, un ligera congestión pero los síntomas “se reducen y mejoran”, agregó.
El presidente estadounidense, Donald Trump, hospitalizado con covid-19 a un mes de las elecciones, no requería asistencia de oxígeno y mejoraba, según dijo este sábado su equipo médico, mientras la Casa Blanca era fuertemente criticada por su información oscilante y su negligencia sanitaria.
Trump, de 74 años, está “muy bien”, informó el médico de la Casa Blanca, Sean Conley, en una rueda de prensa frente al hospital militar Walter Reed, cerca de Washington, donde el presidente fue ingresado el viernes.
En las últimas 24 horas no tuvo fiebre y el nivel de saturación de oxígeno es del 96%, es decir normal.
El presidente utilizó el sábado Twitter para agradecer al personal médico y llamar a votar un nuevo plan de relanzamiento económico.
Sin embargo, pocos minutos después de la conferencia de prensa de sus médicos una fuente informada sobre la salud del presidente describió un panorama más alarmista.
“Los signos vitales del presidente en las últimas 24 horas han sido muy preocupantes y las próximas 48 horas serán críticas en lo que respecta a sus cuidados. Aún no estamos en un camino claro hacia su completa recuperación”, dijo la fuente, que declaró bajo condición de anonimato, aunque luego el New York Times dijo que se trataba del jefe de gabinete Mark Meadows.
Otras declaraciones aumentaron la impresión de cacofonía en el seno del Ejecutivo.
Interrogado por periodistas acerca de si Trump había recibido oxígeno suplementario, el doctor Conley se limitó a responder que eso no sucedió el sábado, el jueves o después de su hospitalización pero no precisó si ello había sucedido en algún momento.
Medios estadounidenses, entre ellos la cadena ABC, confirmaron luego que el mandatario había necesitado una suplementación de oxígeno el viernes en la Casa Blanca, al presentar dificultades para respirar, antes de ser hospitalizado.
Tampoco se sabe cuándo el presidente dio positivo al covid-19. El médico sembró dudas al afirmar que habían pasado “72 horas” del diagnóstico, una afirmación que se contradice con otras precedentes y que apuntaría a que dio positivo el miércoles en lugar del jueves, como se había asegurado.
La Casa Blanca se vio obligada a corregir al profesional señalando que Conley se refería al tercer día con la enfermedad y a publicar luego una carta aclarando que el “primer” diagnóstico positivo era del jueves por la noche.
– ¿Qué pasó en la Casa Blanca? –
“Se apoyaron demasiado en los tests”, deploró Ali Nouri, presidente de la Federación de Científicos de Estados Unidos. “Al no hacer obligatorio el uso de mascarillas y la distancia física, crearon un falso clima de confianza en la Casa Blanca”.
“Espero que ahora el presidente tome conciencia”, dijo el científico a la AFP.
En apenas un mes, el 3 de noviembre, los estadounidenses votarán si Trump permanece en la Casa Blanca para un nuevo mandato o si lo desaloja su rival demócrata Joe Biden.
Pero la campaña electoral, ya duramente afectada por la pandemia, recibió un nuevo golpe con el contagio del presidente y de un número creciente de republicanos.
También hay incertidumbre sobre los próximos debates televisados, incluso el que opondrá el miércoles al compañero de fórmula del mandatario, el vicepresidente Mike Pence, con la senadora Kamala Harris, que completa el binomio demócrata.
La Casa Blanca está vinculada a varios contagios. La lista de allegados a Trump infectados va en aumento: su esposa Melania, su asesora Hope Hicks, su jefe de campaña Bill Stepien, tres senadores republicanos y su exasesora Kellyanne Conway… Además de tres periodistas acreditados.
También este sábado se supo que el senador Ron Johnson y Chris Christie, quien ayudó a Trump a prepararse para el debate del martes pasado contra Biden, resultaron igualmente positivos al virus.
El sábado pasado, con decenas de invitados en la Casa Blanca para la postulación de la jueza Amy Coney Barrett para la Corte Suprema, las cámaras capturaron una serie de apretones de manos y abrazos, y la mayoría de los invitados no llevaba barbijo, una práctica evidente entre los republicanos como una señal de lealtad.
– Tratamiento experimental –
Tras el anuncio de su test positivo en la madrugada del viernes, Trump tuiteó en algunas ocasiones para asegurar que estaba bien.
Fue visto por última vez al subir al helicóptero presidencial y luego al bajar del mismo en Walter Reed. Caminaba con su habitual paso lento y llevaba una mascarilla negra.
Hasta ahora recibió dos tratamientos: primero, el viernes, una dosis del cóctel experimental de anticuerpos Regeneron, que dio resultados preliminares auspiciosos, y también el antiviral remdesivir, por vía intravenosa, dando comienzo a un tratamiento de cinco días para evitar que el virus se reproduzca.
Como se ignora aún cuándo el presidente fue contaminado, no se sabe si era contagioso el martes por la noche durante el debate con Biden en Cleveland.
El candidato demócrata, de 77 años, dio negativo el viernes, pero es posible que haya sido contaminado y el virus no haya sido aún detectable.