Al igual que en 2016, el presidente Trump -que busca un segundo mandato- realiza una frenética campaña en el terreno con varios viajes al día.
En el oeste de Estados Unidos, Donald Trump busca intensificar su retórica de campaña en Nevada este domingo, mientras su oponente demócrata en las elecciones presidenciales, Joe Biden, hará lo propio en el extremo este, en Carolina del Norte, dos estados clave para los comicios de noviembre.
Tras una apretada agenda el sábado en el norte del país, el magnate republicano tiene previsto asistir a un evento de recaudación de fondos en California el domingo para luego encabezar un mitin por la tarde en Carson City, la capital de Nevada, donde su contrincante demócrata Biden le lleva una ventaja de cinco puntos.
En contraste, tras un sábado tranquilo sin eventos oficiales, el ex vicepresidente viaja a Durham, en Carolina del Norte, donde se espera que exhorte a sus partidarios a ejercer el voto anticipado, para luego asistir a una reunión con representantes religiosos afroamericanos.
Biden cuenta con la movilización del electorado negro para ganar el 3 de noviembre en este estado, donde va ligeramente por delante en los sondeos.
Político veterano, Biden lidera el promedio nacional por nueve puntos porcentuales. Aún más importante pero por un margen más estrecho, puntea en los estados clave, que pueden votar por un partido u otro en cada elección.
Para movilizar a sus partidarios, Trump promete, a pesar de las encuestas, “una ola roja de una magnitud nunca antes vista”, en referencia al color que identifica a los republicanos.
Los dos candidatos se reunirán en Nashville, Tennessee (oeste) el jueves para el debate presidencial final, pero el bando de Trump ya ha intensificado sus ataques contra Biden en los últimos días.
“Joe Biden es un político corrupto y todo el mundo lo sabe”, escribió el domingo en Twitter el mandatario.
En su mitin del sábado en Michigan, otro estado clave para las elecciones, llamó a Biden “criminal” y dijo que representaba “un riesgo para la seguridad nacional”.
También atacó a la gobernadora demócrata del estado, Gretchen Whitmer, quien impuso severas restricciones para combatir la pandemia del coronavirus, mientras la multitud gritaba: “¡Métanla en la cárcel!”.
– “Terrorismo doméstico”-
Whitmer, acérrima opositora del presidente, fue blanco de un grupo de extrema derecha que planeaba secuestrarla y juzgarla por “traición”. Los individuos que participaron fueron arrestados recientemente antes de que pudieran perpetrar su plan.
“Es increíblemente perturbador” que el presidente “inspire, aliente e incite a este tipo de terrorismo doméstico”, comentó Whitmer el domingo a la cadena NBC.
“La gente está frustrada con esta gobernadora y eso no tiene nada que ver con el intento de atacarla”, respondió Lara Trump, nuera del presidente, a la cadena CNN, argumentando que el mandatario no hizo “absolutamente nada para incitar a la gente a amenazar” a Whitmer, sino que se estaba “divirtiendo” en un mitin.
Trump “debe darse cuenta de que las palabras de un presidente de Estados Unidos tienen peso”, dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a la cadena ABC.
De su lado, Biden denunció el domingo el tan criticado manejo de la pandemia por parte de la Casa Blanca, en un momento en que Estados Unidos registra más de 8 millones de casos y casi 220.000 muertes por covid-19.
“En lugar de asumir su responsabilidad y ser un líder, el presidente Trump continúa restando importancia al covid-19”, dijo Biden en un comunicado.
“Donald Trump no tomó las precauciones necesarias para protegerse a sí mismo y a los demás. ¿Se puede confiar en él para proteger a las familias de Nevada?”, cuestionó.
El presidente estadounidense, que siempre se ha mostrado reacio a usar mascarilla, fue hospitalizado tres noches después de contraer el nuevo coronavirus a principios de octubre. Desde entonces ha reanudado su campaña a un ritmo maratónico, afirmando ser “inmune”.