La ministra del MIDES, María Inés Castillo de Sanmartín, presidenta del Consejo Nacional para la Paridad de Género, pidió repensar el enfoque y garantizar que nadie se quede atrás y en especial las mujeres.
Un análisis de los avances logrados en el camino trazado hacia el cierre de las brechas de género y el establecimiento de alianzas público-privadas, que permitan el empoderamiento de la mujer panameña, realizó el Consejo Nacional para la Paridad de Género, presidido por la ministra de Desarrollo Social, María Inés Castillo de Sanmartín, en el marco de su segunda sesión de trabajo.
Este encuentro tuvo como tema central lo relativo a los efectos del COVID-19 en el desplazamiento del empleo. En esa línea de ideas, la ministra destacó lo vulnerable que son las mujeres en esta pandemia. Para contextualizar esta crisis, informó que más del 63% de las manos de obra de los hoteles y restaurantes que han cerrado, son ocupados por mujeres, lo que ha trastocado los avances que hasta ahora se habían alcanzado.
Esta situación llevó en marzo a la Secretaría Técnica de la Iniciativa de Paridad de Género (IPG), elaborar el documento “IPG Panamá frente COVID-19: Explorando los impactos de género para saber dónde actuar”. En este informe se hizo un primer análisis sobre las brechas de género que podrían agudizarse a partir de la pandemia y sobre su base se mantuvieron varios conversatorios virtuales, incluidos eventos regionales simultáneos con las IPG de otros países, que compartieron el impacto recibido y las acciones tomadas.
Como fruto de estas reflexiones, se elaboró un nuevo documento titulado: “IPG Panamá: propuesta de medidas para la reactivación económica con enfoque de género”, que fue sometido al enriquecimiento y validación de todas las organizaciones miembro, entregado en junio pasado al presidente de la república, Laurentino Cortizo Cohen y a los ministros de Estado que conforman la mesa de reactivación económica.
Para la titular de la cartera social, se trata de instrumentos con base científica que visualizan la realidad que tiene que enfrentar la mujer panameña, pero, además, es un mecanismo para tomar acciones coordinadas que impulsen la equidad entre hombres y mujeres.
“Como Consejo y como alianza pública – privada, que busca impulsar acciones a favor de la paridad de género, tenemos la responsabilidad que, en el marco de esta crisis, no permitamos que la agenda a favor de la igualdad de género se quede en un segundo plano”, destacó la ministra, a la vez, indicó que, ahora los esfuerzos deben centrarse en situar a las mujeres en el núcleo de la recuperación.
“Tenemos una oportunidad de oro –enfatizó la ministra- para repensar nuestro enfoque y garantizar que nadie se nos quede atrás y en especial las mujeres”.
Otro aporte relevante que se analizó durante la sesión, fue la presentación a principio de octubre de 2020, del documento, “Buenas Prácticas Empresariales para Promover la Igualdad de Género, impactos de la COVID-19 y medidas implementadas”, que entregó los resultados de una encuesta realizada a 53 empresas panameñas, de diferentes sectores y tamaños, sobre prácticas laborales en materia de igualdad de género, que han adoptado frente a la COVID-19. En este estudio, que contó con la colaboración del PNUD y ONU Mujeres, se profundizó en que 6 de cada 10 empresas señalaron impactos diferenciales de género, asociados a la sobrecarga de trabajo por la labor no remunerada.
Durante la actividad, los directivos, en coordinación con la ministra, presentaron una propuesta de reestructuración de la IPG que integra una estructura de co-liderazgo entre el sector público y privado, y un modelo de negocio que permitirá cumplir con la tarea de impulsar la extensión, apropiación y sostenibilidad de la IPG en nuestro país.