Investigadores del ADN de murciélago descubren hábitos alimenticios inesperados

Investigadores del ADN de murciélago descubren hábitos alimenticios inesperados
Patricia Jones. Fotos, cortesía de Marcos Guerra, Raquel Page y Sean Mattson.

En el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), un equipo exploró los hábitos alimenticios del murciélago de labios con flecos (Trachops cirrhosus) a través de su excremento.

El excremento está lleno de secretos. Para los científicos, indagar en las heces brinda información sobre las dietas de los animales y es muy útil para comprender a las especies nocturnas o raras. Cuando los animales comen, el ADN de su presa viaja a lo largo de su tracto digestivo hasta que vuelve a salir.

El excremento contiene información muy precisa sobre las especies de presas que consumen. En el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), un equipo exploró los hábitos alimenticios del murciélago de labios con flecos (Trachops cirrhosus) a través de su excremento.

Los murciélagos cazan de noche. Esto hace más difícil observar sus comportamientos de forrajeo. El análisis del ADN presente en el guano de murciélago ofrece una forma más precisa de explorar cómo se alimentan en la naturaleza y de estudiar cómo cambia el comportamiento de los murciélagos según sus hábitos alimenticios.

“Debido a que los murciélagos se alimentan de noche en el bosque denso, no se puede observar lo que comen de la misma manera que se puede con un ave o mamífero diurno.  Es trascendental, por lo tanto, echar un vistazo a la dieta de esta especie de la que pensábamos que sabíamos tanto y descubrir que están comiendo presas que no teníamos idea que formaban parte de su alimentación”, comentó Patricia Jones, ex becaria de STRI, profesora asistente de biología en Bowdoin College y autora principal del estudio.

El murciélago de labios con flecos, también conocido como murciélago come ranas, está bien adaptado para cazar ranas. Su audición está adaptada a los llamados de apareamiento de las ranas, y se cree que sus glándulas salivales pueden neutralizar las toxinas en su piel. Estos murciélagos también se alimentan de insectos, pequeños reptiles o aves y otros murciélagos. Los investigadores ya sabían que estos murciélagos a menudo encuentran a sus presas espiando en sus llamados de apareamiento, pero se desconocía si podían detectar presas silenciosas.

 Como era de esperar, la mayor parte del ADN recuperado de las muestras de excremento en el estudio pertenecía a especies de ranas y muchas lagartijas, pero los investigadores también encontraron evidencia de que los murciélagos se estaban comiendo a otros murciélagos e incluso a un colibrí. En experimentos adicionales, los murciélagos de labios con flecos capturados en la naturaleza, expuestos a grabaciones de sonidos de presas y modelos de presas estáticas pudieron detectar presas silenciosas e inmóviles, así como presas que emitían sonidos.

Esto llevó a los investigadores a concluir que este murciélago es más capaz de localizar presas por ecolocalización de lo que se pensaba.

“Esto es interesante porque no sabíamos que estos murciélagos eran capaces de detectar presas silenciosas y quietas.  Se cree que la detección de presas silenciosas y quietas en la espesa jungla es una tarea realmente difícil para la ecolocalización. Esto se debe a que cuando los murciélagos utilizan la ecolocalización en la jungla, los ecos de todas las hojas y ramas rebotan junto con los ecos de sus presas, y ‘esconden’ a la presa”, relató May Dixon, becaria de STRI, estudiante de doctorado en la Universidad de Texas en Austin y coautora del estudio. 

Estos resultados pueden abrir una nueva línea de investigación sobre las habilidades sensoriales y la ecología de forrajeo de T. cirrhosus. También se suma a un creciente cuerpo de trabajo que sugiere que, en los trópicos, los murciélagos pueden ser importantes depredadores nocturnos de animales dormidos como las aves. El equipo también encontró especies de ranas inesperadas entre sus presas comunes.

 “Descubrimos que T. cirrhosus a menudo se alimentaba de ranas del género Pristimantis. Creo que esto abrirá nuevas vías de investigación con T. cirrhosus, porque Pristimantis llama desde el dosel y sus llamados son difíciles de localizar, por lo que si T. cirrhosus los está consumiendo, significa que se alimentan de manera diferente de lo que solíamos creer”, destacó Jones.

En el futuro, esta nueva combinación de análisis de ADN dietético con experimentos de comportamiento puede ser utilizada por otros ecólogos interesados ​​en los comportamientos de forrajeo de una amplia gama de especies animales.

“Es realmente emocionante ver las puertas que se abren cuando el comportamiento animal se combina con el metabarcoding”.  Aunque hemos estudiado al Trachops intensamente durante décadas, en realidad sabemos muy poco sobre su comportamiento en la naturaleza. Fue completamente sorprendente ver aparecer presas que nunca anticipamos en su dieta, como especies de ranas, cuyos llamados de apareamiento parecían carecer de los parámetros acústicos necesarios para la localización y, lo 

que es más sorprendente, presas que parece que los murciélagos deben haber detectado solo por ecolocalización, como colibríes. Este trabajo nos hace repensar los mecanismos sensoriales que subyacen en el comportamiento de forrajeo de este murciélago y abre todo tipo de nuevas puertas para futuras interrogantes”, remarcó Rachel Page, científica de STRI.

Los miembros del equipo de investigación están afiliados a STRI, Bowdoin College, SWCA Environmental Consultants y la Universidad de Texas en Austin. La investigación fue financiada por el Smithsonian, la Fundación Nacional de Ciencias DDIG # 1210655 y un Premio académico P.E.O.

May Dixon. Fotos, cortesía de Marcos Guerra, Raquel Page y Sean Mattson.

 

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